Este joven cazador encontró un lince enfermo cuando trabajaba en su olivar. No dudó un segundo en llamar y colaborar con un responsable del proyecto Life+IberLince para salvar al felino.
El cazador jiennense Miguel Ángel Montoro Armenteros, natural de la localidad de Bailén, dio ejemplo como cazador y amante de la naturaleza el pasado 18 de abril tras ‘perder’ toda una jornada de trabajo en sus olivares después de encontrar un lince enfermo en la cuneta de un camino rural. Ocurrió en una zona entre las localidades de Villanueva de la Reina y Bailén (Jaén).
El joven, según relata a Jara y Sedal, iba a los olivos a desbrozar la hierba cuando, de repente, encontró el felino: «Me bajé del vehículo porque vi como un bulto en el lado derecho de la cuneta. Pensaba que sería un tejón o un meloncillo. Me acerqué hacia él y vi que era un lince que estaba agachado», comienza explicando Montoro.
«El animal, al verme, quiso huir de mí, salió al carril y empezó a golpearse con una alambrada. Por ello traté de llevarlo hacia una zona de olivos, donde se tumbó en la hierba y se quedó tranquilo. Ahí pude comprobar efectivamente que estaba enfermo», sigue relatando sobre el desarrollo del rescate.
Fue entonces cuando Miguel Ángel llamó a responsables del Proyecto Life+IberLince y un encargado de la zona le preguntó las circunstancias en las que había encontrado al animal. «Tengo caballos y trato mucho con los animales y se nota cuando éstos están enfermos, y este lo estaba. Germán, el responsable que desde Jaén me cogió el teléfono, tuvo que llamar a sus jefes para que le diesen un permiso de emergencia, ya que estamos en estado de alarma, y a las dos horas se presentó en el lugar», describe Montoro.
El joven tuvo que salir a la carretera para buscar al responsable de zona con el coche e indicarle el lugar exacto en el que había avistado al lince. Para mala suerte de ellos, cuando llegaron de nuevo al sitio en el que Miguel Ángel había visto al felino, no lo encontraban. Por tanto, el miembro de Life+IberLince cogió una antena que llevaba en el coche para tratar de localizarlo por GPS, pero también fue imposible. Finalmente dieron con él en un olivar cercano.
Fue entonces cuando Germán, el agente responsable de Jaén, llamó a un superior de Málaga, que fue quien llegó al lugar para comprobar las primeras lesiones del lince: estaba tuerto, tenía una herida en el lomo, había perdido mucho peso debido a no poder cazar en los últimos días y además tenía alguna enfermedad aún por determinar –la leucemia ya se ha descartado, según han informado a Montoro-. El joven ha mostrado a este medio el acta de la Junta de Andalucía demostrando la evacuación del animal, de unos seis u ocho años, y sus causas.
«Los cazadores miramos por la naturaleza y el medio ambiente»
Por último, Miguel Ángel explica que, junto a diez amigos, tienen un coto de caza menor y mayor ubicado en Las Navas de Tolosa (Jaén) donde IberLince organiza excursiones de niños para que puedan comprobar el hábitat en el que vive el lince y puedan observar algunos ejemplares.
«Los cazadores miramos por la naturaleza y el medio ambiente. Además estoy estudiando para guarda rural y guarda de caza. Tengo mi examen de tasas pagado para ir a Sevilla en junio, y por eso me gustaría concienciar a la gente de quién de verdad es un cazador», defiende Montoro.
¿Por qué tener linces en tu coto de caza es lo mejor que te puede pasar?
Tener linces es lo mejor que le puede pasar a un coto para mantener a raya a otros depredadores. Lo dicen los estudios científicos y lo avala la experiencia de algunas fincas de caza en las que se han asentado. Jara y Sedal ha hablado con dos cazadores que gestionan cotos en los que los linces se han asentado para conocer su experiencia: «Es como tener un guarda gratis», aseguran. Te lo contamos aquí.