Si hay un elemento esencial para todos los seres vivos, ese es el agua. Del elemento líquido depende respirar, digerir los alimentos, moverse, reproducirse… y su falta en época estival puede ser toda una tragedia para miles de animales silvestres. Los cazadores lo saben, y por eso cada verano distribuyen millones de litros de agua a lo largo y ancho de la geografía española para que la fauna salvaje pueda beber.

La utilización de bebederos, charcas y otros aportes artificiales de agua es una constante en la moderna gestión de caza y otra fauna silvestre, especialmente en países que sufren períodos de sequía como sucede en España. A pesar de ello, esta labor clave del sector cinegético es desconocida por la mayor parte de la sociedad, en la que aún resuenan los típicos estereotipos que consideran al cazador un enemigo de los animales. Por ello, el cazador José Luis Frías ha subido un vídeo a su cuenta de Twitter en el que asegura, con ironía, que se encuentra «maltratando a los animales a 30 grados». En las imágenes se aprecia cómo con la ayuda de una cuba y una manguera llena los bebederos de agua para animales de menor como la perdiz roja, el conejo de monte, la liebre y también para especies migratorias como la tórtola común, además de otras especies protegidas.

Hay que recordar que el de los cazadores es el colectivo que más dinero invierte en conservación de la naturaleza en España, después de las administraciones públicas. Concretamente 287 millones de euros anuales, de los cuales se beneficia toda la biodiversidad según un análisis realizado por Deloitte.

Otro cazador a los ecologistas: «Me gustaría veros dar de beber a la fauna con más de 40 grados como nosotros»

Varias especies bebiendo agua y una de las charcas a las que se alude en la noticia.

«Me gustaría ver a los ecologistas a dar de beber a la fauna con más de 40 grados como nosotros». Son las palabras del joven cazador ciudadrealeño Juan Vicente Torres Riaza, que es gestor de dos cotos de caza menor cercanos a la localidad de Valdepeñas y que ha pagado de su bolsillo en los últimos tiempos tres bebederos de 3.500 litros de agua cada uno para dar de beber a la fauna silvestre. Así lo ha hecho.