York era conocido por su habilidad en exploración, caza, medicina de campo y trabajo en condiciones climáticas extremas. Estos logros le hicieron convertirse en todo un héroe.
13/4/2019 | Redacción JyS

cazador esclavo
Esta es la estatua de York en Louisville, EEUU. / Wikipedia

Esta es la historia de un cazador esclavo al que todo el mundo recuerda hoy empuñando una escopeta y sosteniendo unos patos. Todo comenzó en una expedición de los estadounidenses Lewis y Clark, en el año 1804, con el fin de cruzar el oeste de los Estados Unidos. Los hombres partieron de cerca de San Luis (Misuri) y atravesaron gran parte de Norteamérica hasta alcanzar la costa del océano Pacífico.
La marcha fue encargada por el presidente Thomas Jefferson inmediatamente después de la compra de Luisiana en 1803. Estaba compuesta por un selecto grupo de oficiales voluntarios del ejército de Estados Unidos bajo el mando del capitán Meriwether Lewis y de su amigo, el subteniente William Clark. Su peligroso viaje duró más de dos años: desde mayo de 1804 hasta septiembre de 1806.
El objetivo principal era explorar y cartografiar el territorio recién adquirido, abrir una ruta segura a través de la mitad occidental del continente y establecer presencia estadounidense en la extensa zona antes de que Gran Bretaña u otros poderes europeos trataran de reclamarla.
Entre los participantes había un hombre negro llamado York. Como esclavo de William Clark desde la infancia, participó como miembro de pleno derecho en la expedición y estuvo presente cuando ésta llegó al Océano Pacífico. York era conocido por su habilidad en exploración, caza, medicina de campo y trabajo manual en condiciones climáticas extremas. Lewis había anotado en su diario cómo York lo había salvado de una muerte segura de un oso pardo durante la expedición.
Las Naciones Nativas trataron al esclavo con respeto y desempeñó un papel clave en las relaciones diplomáticas. Después de que regresase la expedición, todos los miembros recibieron dinero y tierras por sus servicios. Todos excepto York, quien pidió a Clark su libertad haciendo referencia a su buen servicio, pero su amo se negó.
York suplicó que le dejaran reunirse con su esposa, que era esclava en Louisville; incluso se ofreció a trabajar junto a su mujer y enviar a Clark todas sus ganancias desde allí. Aún así su amo se negó y vendió York a un severo amo en 1811, donde permaneció como esclavo al menos hasta 1816. Aunque no se ha publicado información fiable sobre York después de aquel año, se piensa que pudo pasar allí el resto de sus días. Ahora en Louisville hay una estatua en nombre de York, con una escopeta en una mano y dos patos en la otra en memoria de este gran cazador.