Juan Manuel Vicente (40 años), es ya conocido por nuestros lectores. Hace unos meses Jara y Sedal contaba su increíble historia de superación. Después de sufrir un gravísimo accidente, el doctor Cavadas le operó para recuperar sus manos y permitirle volver cazar.

Hace unas semanas volvió a ser noticia por su última aventura cinegética: cazó en espera un descomunal jabalí de 122 kilos que se estaba comiendo la comida que el propio Juan Manuel tenía puesta a las torcaces de la zona.

Este hecho ocurrió el pasado mes de julio en la Comunidad Valenciana, cuando Juan Manuel acudió a su puesto de espera con su escopeta acompañado de un amigo. La primera buena noticia de la noche la obtuvieron cuando un gran jabalí atravesó el puesto a primera hora de la noche, animal al que lograron acertar, pero no pudieron cobrar ya que se tiró herido a un zarzal al lado de un desfiladero.

Según relata Juan Manuel, no esperaban que ningún jabalí más les fuese a entrar horas, pero horas más tarde vieron un gran bulto negro acercarse. El animal se fue aproximando poco a poco al lugar hasta que logró acercarse a unos 60 metros del sitio en el que tanto Juan Manuel como su amigo se encontraban. «Yo le dije a mi amigo que a la de tres enchufase la luz y disparásemos, y así lo hicimos: le dio al foco, contamos hasta tres y disparé: el jabalí cayó seco», relata.

Juan Manuel en otra imagen con el jabalí.

Al acercarse al jabalí se toparon con la sorpresa

Cuando fueron a cobrarlo, se encontraron con la sorpresa: era un descomunal jabalí de 122 kilos que, además, se estaba comiendo la comida de las torcaces de la zona. «Me tenía fritos los comederos», asegura Juan Manuel, que de esta forma ha cumplido con su función de gestor cinegético ya que también ayudará a los agricultores de la zona a que tengan menos daños en sus cosechas.

En cuanto al trofeo, es uno de esos jabalíes con un enorme cuerpo y unos colmillos discretos.

La historia de superación de Juan Manuel y su encuentro con el Dr Cavadas

Juan Manuel, tras una jornada de menor. A la derecha, con un jabalí cazado en espera. / J.M.V.

Juan Manuel Vicente es tetrapléjico y ha tenido una vida muy dura. Su madre murió cuando sólo era un adolescente, 17 días después de que él sufriera un grave accidente que le llevó a estar tres meses en coma. Un accidente cuya consecuencia fue una lesión medular le impedía mover su cuerpo por debajo del pecho. Además, cuando despertó le habían amputado el brazo izquierdo y su mano derecha iba a correr la misma suerte. Para evitarlo, el doctor Pedro Cavadas se la injertó entonces en el abdomen para que mantuviese el riego y poder volver a implantársela. Gracias a ello, siete años después, tras un emotivo reencuentro con el famoso cirujano, consiguió volver a cazar. Te lo contamos aquí.