Radomil Holík, guardabosques y formador forestal en la República Checa, encontró en el bosque hace ahora tres meses un pequeño zorro desorientado de apenas unos días. Ni siquiera había abierto aún los ojos, por lo que decidió cogerlo y criarlo en su domicilio. Desde entonces no se han separado ni un solo instante, incluso durante emocionantes jornadas de caza y pesca.

Holík tiene 35 años y confiesa a Jara y Sedal que es aficionado a la caza desde hace 11. «Me gusta la caza en espera», asegura sobre su modalidad preferida que, desde que Coco -como así ha bautizado al zorro- llegó a su vida, ya no practica en soledad: «Me acompaña las 24 horas del día», reconoce.

Holík y Coco. / R. H.

Una nueva forma de cazar

«Con Coco saco más fotos de caza y utilizo menos el rifle», dice este joven de Prostějov, localidad al este de la República Checa donde reside, que practica sus aficiones favoritas, la caza y la pesca, entre las poblaciones de Předina – Kobeřice. Ahora, junto a su nuevo compañero de ocio y trabajo, todo ha cambiado.

«Coco pesa unos cuatro kilos y tiene una súper nariz, pero no vale como perro de caza. No obedece a las órdenes de los humanos»», añade sobre las aptitudes del raposo.

El zorro ya cuenta con su propia página de Facebook

Desde que Coca llegó a la vida de Holik en casa no han parado de hacerle fotos. Incluso ya cuenta con su propia página de Facebook –Coco y sus aventuras– en la que su dueño comparte el día a día del raposo.

Ahora durante sus clases de formación ambiental y forestal en los colegios de su comarca este cazador podrá contarles de primera mano a los chavales cómo se comporta un zorro. Además podrán ser testigos de sus travesuras en directo. A buen seguro les ayudará a comprender que cazadores y pescadores son quienes tradicionalmente han defendido y cuidado la naturaleza y que, en contacto con esta, es donde los animales se sienten a gusto, no solo en los santuarios veganos.

Holík durante una de sus jornadas de formación forestal. / R. H.