El joven cazador turolense Pablo Manuel Pastor, de 19 años, abatió a inicios del mes de agosto durante una noche de espera con su padre Rafael Pastor un gran jabalí (Sus scrofa), uno de los más imponentes de toda la temporada. Se trata de un macareno con unos 117 puntos de trofeo: los colmillos miden 19,2 y 19,5 centímetros de largo y 2,6 de ancho. Además, las amoladeras también tienen un buen tamaño. Pastor ha narrado a Jara y Sedal todos los detalles de una apasionante noche de espera.

Una noche de mucho viento y varias piaras de jabalíes entrando al puesto

Pastor, con el jabalí. © P. M. P.

Pastor explica que esa noche «no paraban de entrar piaras” de jabalíes al lugar. Recordamos que se trata de una de las zonas más sobrepobladas de Aragón y, además, estaban haciendo daño a las siembras del lugar.

Dos primeras piaras de diez animales entran al puesto, además del primer jabalí abatido. «Primero nos entró una piara de diez animales, al rato otra piara… y al llegar el otro animal que abatí, de 70 kilos de peso, pensamos que era el gordo. Lo miramos, lo valoramos y lo abatimos… pero apenas tenía trofeo, por lo que decidimos seguir otro rato colocados por si sonaba la flauta», explica Pastor a esta redacción.

Así entró al puesto el protagonista de esta historia. A los veinte minutos, padre e hijo volvieron a escuchar ruidos y vieron que llegaba otra piara de dieciséis animales: «Me sorprendió que no se asustasen del disparo, pero como hacía una noche de mucho aire, puede ser que no se enteraran». A unos 150 metros de la piara, venía este animal: «Iban a pasar por una zona en la que había una balsa; llegaron a ésta, se revolcaron, aproveché y decidí disparar».

Los colmillos resplandecían con la linterna. «Me quería asegurar de que fuese grande de verdad, ya que no quiero disparar machos jóvenes. Hasta que no le vi los colmillos con la linterna, no disparé. Sólo cuando le vi asomar las amoladeras, lo hice», explica Pablo sobre cómo se aseguró de la pieza que tenía delante antes de apretar el gatillo.  

El pisteo del jabalí. Y prosigue detallando Pastor lo que ocurrió tras alcanzar a la pieza: «Escuché que le había dado, ya que sé cuándo suena carne, pero el animal se fue corriendo. No repetí el disparo porque no me dio opciones y el jabalí se perdió. Antes de pistearlo, fuimos a por mi perra podenca andaluza, ésta dio con el rastro de sangre, lo siguió y a unos 50 metros estaba el animal muerto», señala.

Las medidas del trofeo. El animal tenía 8,2 centímetros en cada colmillo en la parte de fuera, con 2,6 centímetros de grosor. En total, los colmillos miden 19,2 y 19,5 centímetros de largo. Las amoladeras miden 7 ,5 centímetros de perímetro y 14 de largo. Pesaba 98 kilos.

El trofeo del animal. © P. M. P.

El equipo utilizado. Durante el lance, el cazador utilizó un rifle Winchester XPR  en calibre .270 Winchester Magnum con un visor Steiner Ranger 2,5-10×50 y una linterna Olight Javelot Pro. Usó munición Federal BST.

Por último, el joven explica que difunde los valores del mundo cinegético a través de su cuenta de Instagram Mudejarhunting.