El cazador asturiano Santiago Fernández Jove abatió, el pasado 16 de junio, uno de los sarrios más importantes de toda la temporada y cuyo trofeo dio 100,2 puntos. Además, el lance acaeció con la autenticidad de ser una cacería en abierto en los Pirineos y de tratarse de un ejemplar adulto de trece años de edad.

«Es un sarrio que, por lo que he visto en el último catálogo de trofeos de caza publicado por la Junta de Homologación de Trofeos de Caza, es el segundo mayor cazado en el Parque Natural de los Valles Occidentales», comienza explicando el cazador a la redacción de Jara y Sedal.

Según añade Fernández, el permiso para cazar este sarrio lo adquirieron en una subasta del ayuntamiento oscense de Ansó.

Una dura y calurosa jornada de rececho que duró casi 14 horas

«El día 16 de junio empezamos la cacería con una ola de calor impresionante; salimos a las 4:30 horas de la mañana buscando un macho concreto que teníamos más o menos localizado. Pero no fuimos capaces de dar con él», se lamenta.

No obstante, sobre las 9:00 horas en la asomada a un valle, veían uno destacable: «La mala suerte fue que, a los 10 minutos de estar valorándolo, otro macho lo echó del territorio como un kilómetro», explica el cazador sobre una jornada que se antojaba difícil.

«Esperamos un poco desilusionados y, como a los 20 minutos, vimos aparecer al macho que lo había echado», describe aún emocionado el cazador que recuerda cómo trataron entonces de aproximarse si bien no les fue nada fácil «porque la ladera de la montaña era difícil en cuanto a su orografía».

En ese momento, el animal advertía la presencia de los cazadores: «Llevaba una cabrada de seis ejemplares y el aire nuestro les llegó», explica. Sin embargo, al emprender la huida Fernández tuvo tiempo de tumbarse, apoyar su monotiro sobre la mochila y tratar de abatir al animal. «Se paró en una peña grande y tuve la suerte de hacer un gran disparo a 460 metros en el codillo sobre las 10:00 horas de la mañana», recuerda el cazador sobre el momento culmen del lance.

Un cobro que les llevó casi una hora

Otra imagen del cazador con el sarrio. © S. F. J.

Tras el disparo, tocaba cobrar el animal, lo que les llevó casi una hora: «El rececho se convirtió en prácticamente una jornada de 14 horas, con 38 grados», recuerda sobre la ardua jornada en la que consiguió abatir este gran sarrio con una cuerna que midió 24,5 centímetros de largo, 7,5 centímetros de circunferencia en cuanto a su grosor y una separación «espectacular» de 15,5 centímetros.

Durante el rececho Santiago utilizó un rifle Blaser K95 Luxus en calibre 7 mm Remington Magnum y munición RWS KS de 162 grains.