El cazador madrileño Víctor B. fue el privilegiado de abatir, hace unos años, un impactante ejemplar de muflón cuyos cuernos le daban la vuelta y se le estaban clavando en la carne. En la jornada lo acompañaba su hijo, Alberto B., quien ha narrado a Jara y Sedal un lance llevado a cabo en una montería en abierto en la provincia de Ciudad Real.

Se trataba de una jornada cinegética que estaba destinada especialmente al descaste de ciervas, ya que en esa finca manchega había gran cantidad de hembras y había que eliminar para que no hubiese sobrepoblación. Durante el trayecto de la montería, hizo acto de presencia este peculiar muflón.

Un disparo a cincuenta metros

«Lo vimos a unos cincuenta metros, y la verdad que fue un lance rapidísimo. Nada más percatarnos de su presencia, disparamos y cayó al instante», explica Víctor. En ese momento, tras el disparo con el rifle en calibre .300, no se dieron cuenta de la rareza del animal. Fue al acabar la jornada montera y al ir a cobrar las piezas cuando se dieron cuenta de ello.

Más imágenes del raro muflón.
Más imágenes del raro muflón.

Un trofeo único

Sin duda, el trofeo de este muflón es realmente único: sus cuernos crecieron de forma tan exagerada que le estaban taladrando su parte trasera. «Al descubrirlo, nos llevamos una grata sorpresa. Era un muflón extrañísimo. Sin duda le hicimos un gran favor cazándolo, ya que antes o después el animal hubiese muerto», relata sobre una pieza que «lo estaba pasando mal».

Además, este cazador difunde los valores del mundo cinegético a través de su cuenta de Instagram Shooter_trophy que puedes visitar pinchando en este enlace.

A este jabalí su larguísimo colmillo circular se le estaba clavando en la mandíbula

El inicio de la pasada temporada de caza mayor dejó capturas singulares, pero sin duda la conseguida por el cazador jiennense Álvaro Manzaneda fue irrepetible. Es natural de la localidad de Beas de Segura, tiene 24 años de edad y dio caza a un tremendo jabalí con un colmillo que casi da una vuelta completa sobre sí mismo con la descomunal medida de 32,5 centímetros. Así nos lo contó.