Ocurrió en los Ancares leoneses y el cazador que logró hacerse con estos dos bonitos ejemplares narra para Jara y Sedal el desarrollo de la jornada y comparte el reportaje en vídeo de ésta.
27/5/2019 | Redacción JyS
Hay días de caza que llegan «al corazón de uno» un poquito más hondo que los demás, y ese fue, en palabras del cazador, el señalado para él y para Cinegetics. Ocurrió en los Ancares leoneses, uno de los pocos sitios de España donde los rebecos y los machos monteses campean por las mismas sierras.
Esta vez el reto «era importante», relata, ya que querían abatir dos ejemplares de especies diferentes, el mismo día y relativamente cerca el uno del otro para conseguir una foto única, «una estampa que pasaría a la historia de nuestros recuerdos cinegéticos», señalan.
Empezaron a cazar una tarde de noviembre sin mucho éxito ya que les resultaba muy complicado siquiera encontrar algún rebeco, debido a la espesa niebla. Fue cuando se dieron cuenta «de lo complicado de esta aventura aunque sin perder la fe en ningún momento».
A la mañana siguiente la niebla cedió lo suficiente como para intentar probar suerte en las laderas más altas. «La belleza que se abría paso ante nuestros ojos es de esas cosas que se quedan para siempre en la retina de un cazador», añade. Y ya desde bien pronto una serie de acontecimientos sucesivos convirtieron aquella mañana de otoño «en uno de los días más bonitos de caza que he tenido jamás».
Como colofón, pudieron ver y grabar a un gran lobo que convirtió aquella jornada del famoso doblete en algo perfecto. Con suerte y no menos esfuerzo, pudieron grabar gran parte del rececho que han compartido en este reportaje:
Un monstruoso ciervo de 24 puntas después de siete días tras su rastro
Por último, recordamos cómo hasta siete mañanas empleó también el cazador tras los pasos de este gran ciervo en la pasada berrea otoñal en una finca de la provincia de Cáceres. Finalmente logró abatirlo e incluso pudo grabar un vídeo de la hazaña que está recogido en esta crónica.