El joven cazador Pere Artigas Gutiérrez abatió, el pasado domingo 11 de octubre, un descomunal jabalí en una de las primeras cacerías en las cercanías de la localidad de Castellnou de Carcolze, en la provincia de Lérida. En ese coto, la cuadrilla tenía localizado a una buena piara de jabalíes, entre la que se encontraba el protagonista de esta historia. «Mi cuadrilla, que se llama Colla del Senglar XL, se juntó con la que llamamos Colla de la Solana, compuesta por cazadores del mismo pueblo, ya que la zona a cubrir era amplia, algunos puestos de difícil acceso y para llegar a algunas posturas se tenía que andar», comienza relatando el joven a Jara y Sedal.

Ya le advirtieron que ese puesto era «muy bueno»

«Nos dirigíamos ocho puestos en la línea que teníamos que cubrir: mi novia se quedó en el puesto que había justo antes del mío, en el cual Joan, cazador de la zona, le advirtió de que era de los mejores y que estuviera atenta, y justo después me dejo a mí y me contó que él hacía años, cuando había menos cazadores, decidió probar suerte en esa misma roca y fue el único que acertó y abatió un jabalí», explica Pere. Con esa predisposición de moral comenzó la jornada.

«El puesto era muy bonito, dominaba un canal a mi izquierda y otra a mi derecha por donde habíamos subido, y me subí encima de un morro de piedra que había para tener más campo de visión, aunque solo veía algunos claros entre las tupidas encinas de aquella empinada cuesta», describe Pere. «El día pintaba bien al principio, pero no tardó mucho en aparecer un viento frio que me obligó a ponerme la chaqueta y el cual me quitaba mucho la percepción de la llegada de algún jabalí al puesto; tocaba cazar con la vista», explica el cazador.

No tardaron mucho en soltar los perros cuando su cuñado Miquel enseguida avisó que ya habían dado con algún jabalí: «¡Todos atentos! », les gritó. «Los perros estaban muy frescos, presionaban mucho y lograron que el jabalí se parase, pero era un animal grande e hirió gravemente a varios de los perros», asegura.

Suerte que Albert, un perrero experimentado, logró abatirlo rápidamente. No tardaron en escucharse más disparos, abatiendo un total de cinco jabalíes durante la jornada, todos machos grandes.

Y llegó el monstruoso jabalí

Más imágenes del jabalí. © P. R.

Y entonces fue cuando la suerte sonrió a joven: de repente, una postura muy lejana a la suya dio el aviso que había disparado a un jabalí muy grande y que no le había dado. Al cabo de más de 20 minutos Pere oyó un perro que empujaba fuerte a lo lejos, al fondo del valle. «Poco a poco el perro se fue acercando, no latía mucho pero yo ya estaba atento en todos y cada uno de los claros que tenía entre las encinas, intentando localizar lo que perseguía ese sabueso, cuando de repente en uno de esos claros ya vi un lomo negro y erizado que sobrepasaba por encima de las matas», relata aún emocionado el cazador.

Enseguida se tapó, «esperé en otro claro donde intuí que saldría y así fue. Apunté en la paletilla y vi que caía seco sobre sus pasos, pero hizo un intento de volver a levantarse. Repetí rápido el disparo para asegurarlo y cayó rodando hacia lo espeso de la maleza», relata sobre el impactante momento.

«Enseguida comuniqué por la emisora a mis compañeros que acababa de abatir un jabalí que parecía grande, dejé pasar unos minutos prudentes antes de acercarme a verlo, y cuando llegué a él no me lo podía creer, ¡era inmenso! Y tenía unas navajas que le sobresalían notablemente de su boca. Enseguida llamé a mi chica para que se acercara a ver el animal y juntos lo celebramos», sigue describiendo Pere.

«Es lo más grande que he visto en mis 13 años como cazador»

Otra imagen del jabalí. © P. R.

Era un monstruoso jabalí: «En mis 13 años como cazador es el más grande que he visto hasta la fecha y dudo mucho que logre otro igual y menos aún superarlo», exclama el joven. Sus navajas eran largas y gruesas y una de las amoladeras la tenía un rota y desgastada; la otra se le clavaba en el interior del hocico provocándole una herida profunda. «Con seguridad, todos los compañeros que lo vieron aseguraron que rondaba los 120 kilos o incluso los superaba, y que estaría dentro de la medalla de oro».

El equipo utilizado para la batida

El rifle que utiliza Pere desde hace 8 años es un Browning Bar Long Track semiautomático en calibre .300 Winchester Magnum con una óptica Swarovski Z4 1,25-4×24 «con el que me siento muy seguro». La munición que utiliza es de la marca Norma, el modelo Tipstrike de 170 grains, «una munición que cumple y que me ha dado muchas alegrías hasta la fecha». Además, este cazador difunde los valores del mundo cinegético a través de su cuenta de Instagram @huntrophy.

La mejor historia de caza de esta temporada tiene un premio valorado en 1.700€ en Jara y Sedal

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