El cazador valenciano Fernando Micó Correas, de 33 años de edad, abatió el pasado sábado 16 de enero un jabalí con unos descomunales colmillos en su coto social de la provincia de Valencia. Aún incrédulo por la captura conseguida, Fernando habla con este medio para mostrar el testimonio de una tarde de caza que no se le olvidará jamás.

Micó describe que, el pasado sábado, él y un compañero fueron a un paso de jabalíes que se encontraba en su coto social y, al ver que se hacía demasiado tarde y que el sol se iba a ir, decidieron colocarse de espera en el lugar. Ese fue el acierto, ya que el protagonista de esta historia pasó por donde preveían: «Al verlo, el corazón nos dio un vuelco», relata el cazador a Jara y Sedal.

«Ya mi amigo detectó su tremendo trofeo, algo que yo no aprecié en el primer instante; en ese momento, decidimos recechar al animal, que se había metido en un barranco», relata Fernando. Tras unos minutos de búsqueda, finalmente dieron con él a unos 200 metros de distancia: «Había que estar muy precavido y adelantarse a todos sus movimientos», describe Micó.

El aire cambió y eso favoreció el lance

En un momento de la tarde, el aire cambió a favor de los cazadores, por lo que pudieron ir recechando poco a poco al animal hasta colocarse a unos 30 metros de éste: «Se nos salía el corazón», vuelve a repetir el cazador. Justo en ese momento, Fernando pudo disparar, hiriendo al verraco con su segundo intento: «Lo vi salir a toda velocidad y, a unos 160 metros de distancia, se paró y cayó», asegura el joven.

Cuando lo cobraron se fotografiaron con el gran macho que tenía unos colmillos de «2,6 centímetros de ancho y que le sobresalían unos 8 por fuera», finaliza.

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El otro tremendo jabalí que Fernando abatió en noviembre: 125 kilos y un enorme trofeo

Sigue el rastro de un gran jabalí y consigue cazar este monstruo de 125 kilos en Valencia

Fernando Micó cazó en noviembre otro genial jabalí. El cazador explica que, aunque había estado siguiéndole la pista por huellas en los últimos meses, era sólo la segunda espera que le hacía: «Me sorprendió porque apareció al segundo día de ponerme en el puesto», detalla el cazador levantino. Sobre las 18:00 horas se colocó en el lugar del aguardo y media hora más tarde apareció el jabalí: «Entró al puesto sigiloso, pero escuché partir alguna rama y vi que era la oportunidad perfecta», comenta sobre el momento a previo a dispararles hasta tres veces con su rifle Benelli Argo en calibre .30-06 Springfield. Así nos lo contó.