El cazador José Nieto, que el pasado mes de febrero abatió en una montería en la Sierra de Cazorla un espectacular venado, ha narrado a Jara y Sedal la historia del animal, «uno de los más grandes cazados en este lugar», según han atestiguado guardas de la región al propio cazador.

Sucedió el pasado 14 de febrero cuando se monteaba en el coto de Huesa, perteneciente a la comarca de la citada sierra jiennense. Se trataba una montería de cien euros en la que se podía disparar jabalí de forma libre y un venado por puesto

Aquella mañana se cazaría la mancha de La Loma y, tras la adjudicación de los puestos, a José le tocó el número 7. El postor Adolfo les fue colocando empezando desde el número 14 hacia atrás. «Cuando pasamos por el puesto 10 comentamos que el año anterior me tocó ese mismo y que pude fotografiar tres venados y uno de ellos era, quizás, el más grande que nunca vi, pero en aquella ocasión sólo se podía disparar a jabalí, a lo que otro cazador dijo: Pues por aquí estará, porque nadie los abatió». Y efectivamente, estaba.

Al final llegó al número 7 y el postor comentó a José: «Ponte en ese lado y súbete un poco para poder disparar en la parte de enfrente», como así hizo. Desde el puesto se veían dos barrancos no muy grandes que desembocaban a los pies del cazador.

Comenzaba la montería

Distancia del disparo.

Al comenzar la montería dispararon a la izquierda del cazador y éste vio a lo lejos un jabalí cruzar al que no le dio tiempo a meter en el visor.  Conforme transcurría la montería, se sucedieron algunos disparos y, ya pasada media jornada, José vio por su derecha a lo lejos a cuatro machos monteses, los cuales se perdieron unos segundos para volver aparecer por una vereda por encima del barranco de su izquierda, marchándose.

Final de la montería y aparición de este venado

Otra imagen del impactante ciervo. © J. N.

Ya llegando al final de la montería se escucharon a la derecha del cazador unos disparos muy lejanos y unos minutos después, José volvió a ver movimiento por encima del barranco del mismo lado percatándose de que eran reses al trote. «De pronto, pensé que quizás saliesen por la misma vereda por donde irrumpieron los machos monteses y, tras perder de vista los ciervos, me preparé para disparar apoyado en el trípode, ya que la distancia era de 280 metros», relata emocionado Nieto.

Así apareció el protagonista de esta historia

El cazador, con el trofeo. © J. N.

Poco después, apareció el venado protagonista de esta historia seguido de otros dos y los metió en el visor: «Era un animal tremendamente grande, al que apunté y ejecuté un solo disparo, alcanzando al animal en la paletilla y cayendo al instante», describe José.

Pasado un rato finalizó la cacería y Julián y otro amigo de José que estaba en el puesto 8 se acercaron para ver el resultado: «Subimos por el barranco y allí estaba. En ese momento no cogía en mi cuerpo de ver ese impresionante animal, con esas tremendas cuernas. No dábamos crédito de lo que nuestros ojos veían. Quizás uno de los más grandes abatidos en esta sierra…», relata el cazador.

Una vez medido, la puntuación estimada en campo por los cazadores dio 194,437 puntos con una longitud de cuernos de 1,16 metros.