Decidí colocar el Micro S-1 en mitad del cañón. Aunque es posible ubicarlo tanto sobre el punto de mira como al principio de la solista, considero que en el centro es donde se encuentra la posición más cómoda. Para su instalación Aimpoint incluye una serie de cuñas de diferentes tamaños y un manual de instrucciones sencillo. Sólo hay que tomar la medida con un calibre y en función del tamaño de tu banda elegir una u otra cuña.

Ya con la escopeta y el visor puesto a tiro me lancé al campo, pero no tuve mucha suerte. La entrada de palomas no fue todo lo fuerte que esperaba pero aun así logré cumplir con el propósito de mi visita. He de reconocer que en los dos primeros lances no tuve mucho acierto, aunque era la primera vez que usaba el punto rojo en escopeta. En rifle lo uso habitualmente, pero emplearlo con la caza menuda era algo totalmente novedoso. A pesar de los dos fallos iniciales, al tercer disparo cobré mi primera paloma.

Técnica Aimpoint

Tengo la costumbre de disparar guiñando el ojo izquierdo, pero con el Micro S-1 no me cuesta hacerlo con los dos ojos abiertos, lo que me proporciona un mayor campo de visión. Además, durante toda la mañana apliqué la técnica que recomiendan los instructores de tiro de Aimpoint: primero, localizar el objetivo y después, llevar el punto rojo hasta él para entonces apretar el gatillo con la seguridad de que donde esté el punto irán los perdigones. Esto, como sabéis, rompe con lo aprendido sobre el tradicional tiro con escopeta, ya que tienes que tratar de olvidar aquello de echarte la escopeta a la cara y buscar el objetivo con el arma encarada.

Una solución práctica

A lo largo de la jornada dispuse de varios lances en los que utilizando esta técnica, muy diferente a la que estamos acostumbrados, conseguí abatir varias torcaces sin mucho problema. La experiencia, en líneas generales es muy satisfactoria. Además, creo que el Aimpoint Micro S-1 puede resultar ser la solución perfecta para aquellos cazadores que tengan dificultades para disparar sobre caza menor con solista y punto de mira. Eso sí, es necesario que el visor esté perfectamente puesto a tiro, como cualquier elemento óptico que instalemos en nuestro arma de caza.

Así lo puse a tiro

Una vez instalado en mi escopeta, escogí la distancia 25 metros para ponerlo a tiro porque la considero la idónea para cazar con garantías. Para empezar, descargué la diana que facilita Aimpoint a través de su página web. En ella ofrece además las indicaciones oportunas y cuánto corrige cada clic a la citada distancia. Además, utilicé balas, como se puede apreciar en la imagen, y cuando comprobé que los impactos alcanzaban la zona que consideraba adecuada disparé un cartucho de perdigones para asegurarme de que el plomeo era el correcto.