El orgánico Juan José Franco, gerente de la empresa Huntser, abatió el pasado sábado 1 de mayo, junto a un cliente y con la colaboración de Olaf Díaz-Pintado un corzo con unos descomunales «rosetones» que han impactado a los cientos de cazadores que han visto la pieza a través de las redes sociales. El magnífico ejemplar fue localizado y cazado en un coto de la provincia de Soria.

El gerente de Huntser ha detallado a Jara y Sedal cómo logró hacerse con esta pieza única por las enormes rosetas que tenía y por cómo junto al cazador protagonizaron una magnífica entrada en una jornada en la que no paraba de llover: «A ese corzo lo tenía visto desde el mes de marzo e incluso tengo fotografías de él. Era un espectáculo. Era la envidia de todos los cazadores que lo veían y sabía que tenía que hacerme con él», comienza explicando a este medio Juan José.

En la parte superior el corzo de enormes rosetas fotografiado en marzo. © Huntser

Un rececho complicado bajo la lluvia

El pasado viernes 30 de abril, después de haber cancelado una cacería con otro cliente para el sábado por las difíciles condiciones climatológicas, le llamó un amigo para acudir a por un corzo a este lugar. No sería fácil, puesto que recechar un animal tan esquivo como un corzo en un día de lluvia es algo complejo; no obstante, ambos cazadores se armaron de esperanza y fueron en su busca.

«A las 6:00 horas de la mañana del día 1 de mayo salimos hacia el lugar para llegar al amanecer. Nada más aparcar el coche, avistamos al corzo a unos 800 metros aproximadamente, en una mañana de llover sin parar, en la que había un temporal tremendo pero en la que nos arriesgamos», explica el cazador.

Otra imagen del impactante corzo. © Huntser

Un rececho de 800 a 180 metros. Juan José explica que vio al corzo cruzando una vega con otras dos hembras: «Hicimos una entrada para acercarnos hasta los 180 metros en una zona de valle, con una lengua de monte en el centro y con siembra abajo y arriba pero, cuando volvimos a mirar solo vimos tres corzas».

Tras unos 15 minutos que, según el cazador se hicieron eternos, salió una corza andando y el macho tras ella oliéndola en un «falso celo», como así lo define Juan José. 

El corzo se paró en un claro y, antes de cruzar unas piedras, fue abatido. «Vi que era el corzo de las rosetas grandes y, cuando se paró en un claro, lo pude juzgar, se movió, y en el siguiente claro en el que justo tenía que cruzar una zona de piedras, se paró de nuevo para ver por dónde pasar». Justo en ese instante, Juan José le hizo una señal al cliente, que se colocó para el disparo, apuntó bien y consiguió abatirlo.

Lo más llamativo del trofeo del corzo son las enormes rosetas que posee y el grosor de su cuerna. Además, se trataba de un animal viejo con puntas romas y que consiguieron cazar en una inolvidable entrada.

El equipo utilizado para el rececho fue un rifle Sako S20 en calibre .243 Winchester con visor Steiner Ranger 4 y munición Sako de 80 grains.

Caza un corzo con una descomunal luchadera en Guadalajara

corzo

El cazador guadalajareño Carlos A. García Murillo, natural de la localidad de Cifuentes, ha narrado a Jara y Sedal la historia de cómo abatió un genial corzo el pasado año que, sin duda, levantará más de una pasión a tan sólo unos días de abrirse oficialmente la temporada corcera en nuestro país. Logró darle caza en el coto social de su pueblo. Así lo hizo.

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