El cazador Juanjo Casero, de 20 años de edad y natural de O Carballiño (Ourense), abatió este sábado 30 de julio, en el tecor Santa Águeda–Barbantiño de esta provincia gallega, uno de los corzos (Capreolus capreolus) más grandes de Galicia. Aunque aún no hay una medida oficial sin duda es un serio candidato a convertirse en el récord de Galicia y entrará en la clasificación de los más grandes de España cuando se conozca su medición oficial.

Su perlado, la conformación de las cuernas, el grosor de éstas… hacen de las defensas de este corzo todo un portento. Además, la importancia de esta captura es doblemente importante, teniendo en cuenta que se ha cazado en Galicia, una tierra en la que no abundan los corzos con grandes trofeos. Juanjo se ha puesto en contacto con la redacción de Jara y Sedal para relatarnos los pormenores de la cacería.

Estuvo a punto de fallar

Juanjo Casero explica a este medio que este sábado salió a recechar a su coto junto con su amigo Iván Rodríguez por un camino entre robledales: «Después de reclamar en un claro del monte y haber indultado a un joven corzo, mi amigo lo divisó a escasos 20 metros del camino», explica sobre cómo fue el primero de los encuentros con la pieza.

«Estaba rascando las cuernas contra la vegetación», por eso Casero no perdió el tiempo y rápidamente se puso manos a la obra y, de forma sigilosa, se apostó con un rifle Bergara BA13 en calibre .30-06 que era de su amigo y lo metió en el visor: «Tenía el cuerpo tapado y no le podía disparar, pero en cuanto se movió un poco mi amigo lo frenó con un toque de reclamo y se me puso perfecto a través de un agujero entre árboles de unos 30 centímetros. Apunté a la paleta y después de soltar el aire de los pulmones, disparé», explica Casero.

La mala suerte hizo que la bala impactase en una pequeña rama de roble que despreció al apuntar el corzo: el joven acababa de fallar uno de los animales de su vida. Pero por casualidades del destino, el corzo dio la vuelta en su huida y volvió al lugar del disparo escasos momentos después: «Caminaba al paso, y a unos 15 metros de mí, levanté el rifle. Cuando pasó el pino que me impedía verle el tórax, disparé a pulso», explica aún emocionado.

Más imágenes de los cazadores y el corzo.
Más imágenes de los cazadores y el corzo.

Hasta dentro de tres meses no conocerá la homologación oficial

El corzo cayó al instante y los nervios aún estaban a flor de piel en el joven: «Sabíamos que es un corzo bueno, pero jamás nos imaginamos que sería un ejemplar de estas características», señala el joven. «Además, esta es la caza de verdad, porque estos cotos son muy complicados por la baja densidad de animales con buen trofeo; a eso se le suma una jornada entre amigos: ¿Que más se puede pedir?», añade el joven.

Casero aún no conoce la homologación ni una estimación, ya que ésta tardará unos tres meses en ser oficial después de que el trofeo lo envíe a la Junta de Homologación Nacional.

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