El cazador valenciano Miguel Domingo Clemente, de 28 años de edad y natural del municipio levantino de Villamarchante, cazó hace unos días junto a su padre, Miguel Domingo López, de 57 años, un espectacular corzo de 14 puntas y que ya es uno de los trofeos más monstruosos de esta temporada.

«Me dijeron en el pueblo -Chelva- que habían hecho al animal más de 300 esperas y pensaban que había desaparecido», ha expresado el propio cazador a la redacción de Jara y Sedal. Pero, finalmente, este joven aficionado a la caza que no había abatido todavía ningún corzo se estrenó con este monumental duende del bosque valenciano.

El último día en el que tenían el precinto del coto entre sus manos

El cazador valenciano, con el corzo. © M. D.

Miguel Domingo hijo explica a esta redacción que se trataba del último día en el que tenían el precinto del coto entre sus manos: «Nos tocó el precinto a mi padre, que es socio del coto, y a mí. Lo habíamos visto la temporada pasada pero no nos habíamos dado cuenta de la gran cantidad de cuenta que tenía. El último día que nos tocó el precinto nos lo encontramos en un barranco, junto a una hembra, y le disparamos a unos 200 metros aproximadamente. Cuando llegamos y vimos la enorme cuerna, se nos llenó la cara de felicidad», resume sobre el lance, que luego desgrana.

Un rececho que comenzó a las 6:00 horas de la mañana

Otra imagen del corzo abatido por el cazador valenciano. © M. D.

Padre e hijo llegaron las 6:00 horas de la mañana al monte: «Ya se nos pusieron a ladrar dos hembras en dos zonas del coto; estábamos recechando todo el amanecer y, cuando nos íbamos ya bien entrada la mañana desilusionados, con el pito, escuchamos cómo nos contestaba un macho», explica aún emocionado el joven.

En la falda de una montaña, tras una hembra, «le dije a mi padre que parecía que estaba el macho… y con el visor y los prismáticos logré verlo», sigue describiendo Domingo. Los dos cazadores se fueron acercando al lugar en el que estaba, hasta los citados 200 metros, y consiguió atraerlo antes de disparar con su rifle FN Browning en calibre .30-06 con munición Winchester Magnum.

Al cobrar la pieza llegó la emoción de padre e hijo

El padre, con el corzo abatido por el cazador valenciano. © M. D.

Al cobrar la pieza padre e hijo se emocionaron: «Era el primer corzo de mi vida y claro, llegó la emoción. El taxidermista me ha dicho que será medalla de oro. Para hacerte una idea de lo que significa esta pieza para mí: llevo el casquillo de la bala de llavero…», concluye el joven.

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