El cazador madrileño Luis Miguel Espetón, natural de la localidad de Chinchón, cazó hace dos semanas en un coto de la provincia de Soria un imponente ciervo de 14 puntas, con un trofeo medalla de oro y en un lance de infarto. Este lo llevó a cabo con su arco y ha narrado a Jara y Sedal todos los detalles.

Así acaeció el pasado 19 de septiembre el emocionante lance

Dos imágenes del imponente ciervo. © L. M. T.

Espetón narra a este medio que su padre y él acaban de coger este coto en la provincia de Soria y aquel día le sorprendió que «no hubiese nada de berrea». «Por ello, me dispuse a hacer pequeños recechos y esperas a los animales para cubrir algo más de terreno, para poderle entrar a alguno a lo lejos… y, tras finalizar el rececho sobre las 20:00 horas, me decanté por una pequeña pradera con espacios de monte para dar la última vuelta», explica el joven a esta redacción.

Escucha romper monte. Estuvo sentado en una pequeña tapia de piedra unos veinte minutos y empezó a escuchar romper monte: «A los pocos minutos, conseguí ver en medio de la vegetación una de las cuernas, pero a noventa metros de distancia y entre dos luces no sabía bien cómo era el animal», relata sobre el instante en el que visualizó a la pieza.

Iba hacia él. Tras ello, el joven observó que el cérvido se acercaba: «Vi que venía hacia mí, por eso abrí el arco cuando lo tenía a unos 60 metros y lo tuve en esa posición unos dos minutos. Había un hueco a 47 metros entre dos chaparros, pero fue tal la sensación que me hizo al ver aparecer la cabeza entre las dos chaparras que se me cerró el arco por completo: mi mente no daba para más», confiesa.

Nueva estrategia para entrar al animal y conseguir tenerlo a 20 metros. En ese instante, Luis Miguel estuvo pensando cómo hacerlo para mejorar su posición. Observó que, a veinte metros, había otro hueco: «Le vi la cuerna dos minutos después por ese lugar, volví a abrir el arco y tuve la suerte de que, cuando saltó una pequeña tapia, se me paró justo en ese lugar, en el que me vio. Pero yo ya tenía el arco abierto, por lo que apunté al codillo y vi cómo desaparecía la flecha dentro del animal, al que traspasó unos diez metros por detrás», explica sobre la fuerza con la que la flecha impactó en el venado.  

Pisteó al ciervo gracias a su teckel. El animal salió corriendo y, a unos cien metros, se paró: «Sabía que le había pegado bien y mi padre estaba en la otra punta del coto con un teckel, por lo que decidí esperar y que se enfriase el animal. Dos horas después fuimos al lugar del disparo. La perra cogió el rastro como una loca y, a los 130 metros estaba la pieza. Sabía que era un ciervo muy bueno, pero cuando llegué allí me impactó de verdad», reconoce Luis Miguel.

Las medidas del trofeo. Las cuernas, de largo, medían 96 centímetros. El grosor de las rosetas era de 25 centímetro, y el del trofeo entre la punta central y la corona era de 14,5 en la parte más estrecha.

Equipo utilizado. © L. M. T.

El equipo utilizado. Luis Miguel utilizó un arco Mathews VXR a 81 libras y 29’5 de apertura con una flecha de 476 grains.