Abatir un monstruoso ciervo de 17 puntas en abierto es algo que a un cazador le ocurre pocas veces a lo largo de su vida. Todo aquel que ha acudido a una jornada cinegética en abierto conoce de las dificultades que conlleva una captura así, y mucho más en las escarpadas y difíciles montañas asturianas. Y aunque la condición esquiva de estos animales durante el resto del año se ‘relaja’ en cierto modo cuando llega la época de la berrea, no es nada fácil hacerse con una pieza así.

Es lo que ha conseguido el cazador Santiago Fernández Jove, conocido en esta redacción por haberse hecho con geniales corzos en más cotos en abierto en esta comunidad autónoma.

Así dio con este enorme ciervo en el Parque de Somiedo

Santiago se disponía a pasar unos días de rececho en el Parque Natural de Somiedo, situado en plena Cordillera Cantábrica. «Lo habíamos valorado el día antes y nos pareció, dentro de todo lo que pudimos ver, que era un animal realmente espectacular», comienza explicando Fernández. «Es un venado muy trabajado y muy difícil de abatir por el terreno en el que se encontraba», añade. «La orografía de la zona nos obligó, incluso, a tener que trepar por la roca», comenta.  

El segundo día de rececho volvieron a ver al animal. En el segundo día de rececho localizaron a este animal de nuevo por la mañana y, posteriormente, trataron de hacer la aproximación para poder abatirlo, «pero nos desapareció momentáneamente». A los 10 minutos el venado apareció de nuevo por la zona y tuvieron que hacer un duro pero fructífero rececho.

Un disparo a medio kilómetro. «Había más de 500 metros de tirada y tuvimos la suerte de que el primer disparo impactara debajo del codillo: corrió por una ladera hacia abajo y, a unos 50 metros, empezó a rodar. Con la berrea y con lo duros que son estos animales, requirió un segundo disparo que volvió a ser certero y un tercero de remate a 565 metros», relata Fernández.

Otra imagen del ciervo recién abatido.
Otra imagen del ciervo recién abatido.

17 puntas consolidadas y otra que no llega a los dos centímetros de largo. El cazador explica que, en realidad, el ciervo tiene 17 puntas homologables, ya que la que hace el número 18 no llega a los dos centímetros que se exigen: «No obstante, para mí son 18. Me siento muy orgulloso de cómo llevé a cabo, casi a mis 55 años, este duro rececho en lugares escarpados y muy difíciles para acceder», reconoce.

Así describe el cazador el trofeo. En palabras de Fernández, «el trofeo es espectacular por la forma que tiene, por la apertura que posee, por el número de puntas que lleva consigo y por lo completo que es a todos los niveles. Tiene una doble corona en la cuerna izquierda, con una longitud muy destacable y la conformación de la cuerna es realmente increíble», expresa el cazador. Además, del trofeo destaca el perlado que tiene y su peculiar color. «Es un animal muy asturiano y muy satisfactorio de abatir, porque son venados que no están al alcance de todo el mundo por lo que significa afrontar su difícil rececho».

El equipo utilizado. Durante el lance, utilizó un rifle monotiro Blaser K95 Luxus en calibre 7mm Remington Magnum. Lo armó con una bala RWS KS de 162 grains.