Hilario Artigas, del pueblo de Agüero (Huesca), fue un artesano que reciclaba el plomo viejo de las cañerías para fabricar munición y que fue protagonista en uno de los documentales de Eugenio Monesma en 1995.

Para la elaboración del cartucho de bala, Hilario derrite en el fuego el plomo reciclado de cañerías. Cuando está fundido en el cazo, lo vierte en el balero -un molde preparado al uso- y, tras eliminar el sobrante, repasa la forma esférica de cada pieza. Con unos golpes de martillo, le da el toque final.

Ayudado de un aparejo especial, Hilario quita los pistones ya gastados de las vainas y coloca los nuevos fulminantes. Para concluir el proceso, incluye la pólvora para que dispare con la medida exacta.

Una vez colocados los tacos, Hilario introduce en cada cartucho los grandes plomos -hoy día prohibido este tipo de munición- y el cartón para proceder a su cierre. Con una pequeña máquina, presiona el cartón y cierra el cartucho.

Por último, en la segunda parte del reportaje, Artigas recuerda la forma de reclamar distintas especies cinegéticas de esta zona de Huesca.

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