El pescador pacense Rubén Mora Lianes, natural de la localidad de Campillo de Llerena pero que en la actualidad vive en el municipio de Consuegra (Toledo), pescó hace unos meses en el embalse de Sierra Brava (Cáceres), una gran carpa de casi 15 kilos de peso.

El pescador, que ha relatado a la redacción de Jara y Sedal los detalles de la sesión en este emblemático embalse de Extremadura, en el que explica que no es tan común pescar ciprínidos tan grandes como este, pero sí otro tipo de peces como depredadores, de ahí la importancia de haberse hecho con una carpa de este tamaño.

La enorme carpa, guinda a un ‘rosario’ de peces previos de menos de 10 kilos

El pesaje de la carpa. la carpa. © J. C.

El lugar elegido para la pesca. Rubén Mora, que iba acompañado de su amigo Aitor en la sesión, explica que «era por el mes de mayo» cuando llegaron a una zona muy mala del lugar -en cuanto a la orografía- y a la vez muy buena en cuanto a peces. Formado por dos llamativas «reculas», frente a ellas se extendía el pantano: un lugar idóneo para empezar a sondear. Fue en ese instante cuando encontraron un lugar en el que había «bastante actividad de carpas».

Comenzaba el cebado de la zona. Mora comenzó a cebar la zona con semilla y una vez tenía todo el terreno preparado, echó boilies para proseguir atrayendo a las carpas… y comenzó la «fiesta», como así define al momento en el que comenzaron a picar los ciprínidos. «Empezamos a sacar peces de porte, de 7 u 8 kilos, una de 9, pero la sorpresa fue con la carpa de casi 15 kilos, que picó a última hora del día», expone el pescador.

La lucha con el animal. La batalla con la carpa «empezó con una arrancada un poco sigilosa, hasta que la dejé que sacara hilo a sus anchas», explica Mora. «Debido a que estábamos en una caída de 10 metros y la sonda no me marcaba ningún árbol ni pizarrones donde se pudiera enredar, la clavé y miré a mi compañero un poco extrañado, diciéndole que traía algo que pesaba…», recuerda el joven.

Proseguía la lucha. La lucha seguía y la carpa cada vez se acercaba más a la orilla: «En un momento dado, empezó a sacar línea otra vez hacia pantano abierto, y fue entonces cuando mi compañero Aitor metió el pez en la sacadera; en ese instante, yo tiré la caña al ver el porte del animal», dice aún sorprendido el joven.

El cebo y equipo utilizado. Durante la sesión, el joven utilizó como cebo una bola de krill con un maíz flotante de su mismo sabor. El equipo utilizado fue caña Xtreme 5- 3,60 de 3 libras y un carrete Shimano Beast máster XB.