En pleno siglo XXI, mientras la mayoría piensa en la fiebre del oro como un capítulo cerrado de la historia, algunos españoles han decidido desempolvar bateas y adentrarse en los ríos de nuestra geografía en busca del codiciado metal. Es el caso de Santiago, un apasionado del bateo que ha compartido en TikTok un hallazgo que ha despertado el interés de miles de personas.

Conocido en redes como @s.a.m_gold_digger, este buscador de oro ha logrado reunir una notable cantidad de pepitas tras un fin de semana de trabajo en un río de Extremadura. En el vídeo, se puede ver la batea que ha utilizado para separar las pequeñas piezas doradas del lecho fluvial. La imagen de esta, llena de fragmentos brillantes, ha causado sensación entre los aficionados a este peculiar pasatiempo.

Lejos de ser una práctica marginal o exótica, la búsqueda de oro con batea está ganando adeptos en España gracias a la difusión de contenidos como este. Aunque la imagen más común asociada a esta actividad proviene de los ríos de California o Alaska, lo cierto es que también en nuestro país existen zonas con antecedentes auríferos que permiten vivir la experiencia sin salir de casa.

Una técnica con siglos de historia

El método que emplea Santiago es el tradicional bateo, una técnica ancestral que aprovecha la alta densidad del oro para separarlo del resto de los materiales del río. Al agitar la grava y la arena en la batea bajo el agua, el oro —mucho más pesado que los sedimentos— se deposita en el fondo del recipiente, facilitando su recogida.

Este hallazgo se produce además en un contexto en el que el precio del oro ha alcanzado cifras históricas, superando los 2.500 euros por onza durante 2024. La combinación entre el valor económico del metal y la posibilidad de hallarlo en plena naturaleza ha incrementado el atractivo de esta actividad, que mezcla aventura, paciencia y recompensa.

@s.a.m_gold_digger otro fin de semana buscando oro por Extremadura @juan Manuel Blasco prat #hobby #oro #naturaleza #las ♬ sonido original – Santi alba

Oro en los ríos españoles

Aunque la hazaña de Santiago ha tenido lugar en Extremadura, hay otras regiones de España con tradición aurífera. Ríos como el Sil, el Narcea, el Miño o el Esla fueron explotados desde tiempos romanos y, aunque hoy su rendimiento es más simbólico que industrial, siguen siendo puntos de encuentro para los aficionados al bateo.

Las zonas de corriente lenta, curvas del cauce o acumulaciones de grava detrás de rocas grandes suelen ser los lugares preferidos por quienes buscan oro de forma recreativa. Y aunque no se trata de una actividad profesional en la mayoría de los casos, algunos hallazgos como el de Santiago demuestran que, con habilidad y constancia, aún se pueden conseguir resultados llamativos.

Un buscador de oro trabajando en un río.

El oro como refugio de valor

En medio de la inestabilidad económica global, el oro sigue siendo uno de los activos más valorados por los inversores. Su carácter tangible y su escasez lo convierten en una apuesta segura en tiempos de incertidumbre. De ahí que vídeos como el de Santiago generen tanto interés: además del componente lúdico, despiertan la fantasía de poder encontrar riqueza real en un simple paseo por el río.

El éxito de esta jornada de bateo no solo da visibilidad a una afición en crecimiento, sino que también revaloriza la riqueza natural de nuestros entornos fluviales. Al fin y al cabo, como demuestra Santiago, el oro no siempre está tan lejos como creemos.

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