El conocido fotógrafo de naturaleza segoviano Pedro Arroyo, que ha inmortalizado con su cámara algunas impactantes grabaciones sobre el lobo compartidas en las últimas semanas en este medio, tomó este domingo 23 de abril, una nueva y llamativa filmación: la de tres burros guardianes de ganado expulsando a un lobo que acechaba a un grupo de ciervos.

Según ha explicado a Jara y Sedal, Arroyo presenció el encuentro en las cercanías del municipio de Peregrinos, entre la provincia de Ávila y la Comunidad de Madrid, sobre las 20:30 horas de la tarde. Un grupo de ciervos estaban descansando y un lobo trataba de llegar a su posición, pero en ese momento tres burros salieron tras él a la carrera dando fe de su capacidad para guardar el ganado.

El relato y la reflexión de Pedro Arroyo sobre lo ocurrido este domingo

Pedro Arroyo, tras filmar estas imágenes, y con la experiencia de ser una de las personas que más y mejor conocen las costumbres de los lobos en la zona, ha reflexionado posteriormente sobre éstas: «Mucho se ha hablado de la utilización de burros para la protección del ganado ante los ataques del lobo. Estos animales hacen gala de un agudo sentido del oído y de un excelente olfato. Son fuertes y resistentes y su sonoro rebuzno alerta a todo animal que se encuentre cerca de la presencia del lobo», señala.

En el caso de esta filmación, los burros, con las orejas inhiestas cuando detectaron al lobo, «se dirigieron hacia el cánido y lo persiguieron furiosamente hasta que el animal desapareció de su vista. Pero el lobo no olvidaba y se agazapó a unos metros de los ciervos, esperando su paso para perseguirlos velozmente», relata.

«¿Puede ser posible la coexistencia lobo con la ganadería?», se pregunta Arroyo. «Durante siglos nuestros ancestros desarrollaron técnicas preventivas para proteger a su ganado del ataque del lobo, técnicas que tras el exterminio del gran depredador de muchas zonas de la Península Ibérica desaparecieron», relata Arroyo.

Hoy, con el retorno del lobo a zonas donde de donde había desaparecido, esas técnicas también se deberían recuperar, «pero nunca se debe olvidar el apoyo a los hombres que trabajan cada día en nuestro campo para ganarse la vida en un sector demonizado y minusvalorado cargando sobre sus hombros los daños colaterales de la defensa dogmática de una especie como cúspide de la protección de un hábitat humanizado que, poco a poco se extingue», pone en valor Arroyo.

«Larga vida al lobo pero también al sector primario y a esas tradiciones milenarias que desde ciertos círculos se demonizan y critican», concluye su reflexión.

El burro, un animal protector del ganado junto al perro pastor

Hay que tener en cuenta que algunas explotaciones ganaderas de Castilla y León están utilizando burros para evitar ataques de lobos, si bien en algunas de ellas no han sido efectivos -depende también de la valentía del propio animal-. Además, que una explotación ganadera tenga burros, del mismo modo que sucede con los perros pastores, es uno de los hechos que desde la Administración se tiene en cuenta y que demuestra que el ganadero pone medidas para evitar los ataques de los lobos.

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