Las redes sociales están llenas de vídeos donde la emoción del momento supera a la lógica. En ellos, no es raro ver cómo algunos conductores se lanzan al campo con vehículos que poco o nada tienen que ver con un todoterreno, ignorando por completo las limitaciones mecánicas y los riesgos del terreno. Lo que empieza como una ocurrencia grabada con el móvil, muchas veces acaba convirtiéndose en una carísima lección sobre lo que no se debe hacer lejos del asfalto.

Sin ir más lejos, cualquiera que haya metido un todoterreno de verdad en un camino destrozado tras una semana de lluvia sabe que el barro no perdona. Y también sabe que lo último que se te ocurre es intentarlo con un BMW 650. Pero eso es, precisamente, lo que hizo este hombre: decidió meter un coche deportivo por un terreno encharcado. El resultado era previsible… aunque lo de que se le dispararan todos los airbags quizá no tanto.

En el vídeo, que ya circula por Instagram, se ve cómo las ruedas patinan, el coche se hunde, y tras unos cuantos golpetazos arriba y abajo, el sistema de seguridad interpreta que lo próximo será un accidente. Y no se equivoca mucho: ¡boom! Salta toda la carga de airbags.

El BMW atascado en el barro. © Instagram

La diferencia entre un coche y un todoterreno

Para los que están acostumbrados a defenderse en barrizales con un buen 4×4, reductoras y bloqueos, este vídeo no es más que otro capítulo del clásico: «Eso con mi coche también lo hago». Pero ojo, la diferencia entre llevar al campo un coche preparado y apto para estas situaciones y uno deportivo recién encerado no es solo estética: es la diferencia entre salir del charco… o salir en grúa.


Una Citroën C15 se cuela en un circuito para coches 4×4 y les da una lección


Así que la próxima vez que alguien insinúe que cualquiera puede hacer lo que tú haces con tu pickup o tu Land Cruiser, ya tienes vídeo para contestarle. Y no hace falta decir nada más.

¿Por qué la broma le ha costado 8.000 euros?

Aunque un BMW 650i sea un coche potente y caro, no está diseñado para circular por caminos embarrados como un todoterreno. En este caso, al avanzar por una zona llena de baches y barro, el conductor golpeó con fuerza la parte baja del coche, afectando componentes sensibles del sistema de seguridad. El impacto activó varios sensores de colisión y provocó el despliegue completo del sistema de airbags, tanto frontales como laterales y de cortina. En total, saltaron hasta seis airbags, lo que implica no solo su sustitución, sino también la de otros elementos clave como el módulo SRS, que necesita reprogramación o cambio completo; los pretensores de los cinturones de seguridad, que también se activan en caso de impacto; otros sensores de impacto y cableado dañado y, en algunos casos, incluso parte del salpicadero, especialmente si el airbag del pasajero lo revienta al salir.

Además de las piezas, las facturas por reparaciones de este tipo incluyen la mano de obra especializada, la codificación del nuevo sistema de seguridad y, en este caso, también daños en los bajos del vehículo, que muy probablemente requieren reparación o sustitución. Por todo ello, la suma final muy probablemente haya ascendido a unos 8.000 euros, un precio habitual cuando se activa todo el sistema de seguridad de un coche de alta gama como este. Un coste desproporcionado… para una imprudencia innecesaria.

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