Un joven ha revolucionado las redes sociales tras publicar un vídeo en el que asegura haber sido multado con 700 euros por hacer una barbacoa en el jardín de su vivienda, un bajo en Barcelona. La sanción, según explica el afectado, se debe a la denuncia de un vecino que no dispondría ni de jardín ni de barbacoa. El vídeo ha despertado un intenso debate sobre la legalidad de hacer barbacoas en viviendas particulares y las restricciones impuestas por el Ayuntamiento de Barcelona.
El vídeo, publicado por el usuario @maxikhen29 hace apenas dos días, acumula ya casi dos millones de visualizaciones y ha superado los 50.000 likes. En él, el joven muestra su indignación mientras graba en el exterior de su casa: «Me acaban de multar con 700 euros por hacer una barbacoa en mi jardín. Me ha denunciado el vecino del quinto porque él no tiene ni barbacoa ni jardín. ¿Esto es legal chicos? Indignante familia… Indignante».
¿Es legal hacer barbacoas en tu propio jardín?
La publicación ha reabierto el debate sobre qué se puede y qué no se puede hacer dentro de una propiedad privada cuando esta forma parte de una comunidad de vecinos. Aunque parezca evidente que un jardín de uso exclusivo debería permitir ciertas actividades domésticas, la normativa municipal y comunitaria puede limitar drásticamente esas posibilidades.
En el caso concreto de Barcelona, el Ayuntamiento contempla en su Ordenanza de Medio Ambiente y de Uso del Espacio Público sanciones de hasta 750 euros por realizar barbacoas en viviendas particulares. Esta medida tiene como objetivo evitar riesgos de incendio, molestias por humos y preservar la convivencia entre vecinos.
Además, según el Decreto 64/1995 de la Generalitat y las disposiciones posteriores del Departamento de Acción Climática, desde el 15 de marzo al 15 de octubre está prohibido encender fuego de cualquier tipo en zonas urbanas o forestales, lo que incluye las barbacoas, salvo excepciones muy concretas. Las multas oscilan entre los 350 y los 500 euros, aunque pueden incrementarse según las ordenanzas locales.
El peso de la comunidad y los estatutos vecinales
Pero más allá de la legislación municipal, también pesan los estatutos de cada comunidad de propietarios, tal y como recoge la Ley de Propiedad Horizontal. En su artículo 7.2 se establece que los ocupantes no pueden realizar actividades que resulten molestas o contrarias a las disposiciones legales, lo que incluye olores y humos que afecten a otros vecinos.
Muchos usuarios han comentado que, aunque dispongas de un espacio propio al aire libre, como un patio o una terraza, no significa que puedas hacer lo que quieras si eso afecta a la vida del resto de vecinos. «No pagues la multa, en unos años va a estar prescrita», decía uno. «Te digo un truco: pon barbacoa eléctrica y no haces fuego», recomendaba otro con cierta sorna.
Otros apuntan que existen soluciones legales: consultar los estatutos de la comunidad, asegurarse de que la barbacoa no sea fija, o incluso optar por parrillas eléctricas para evitar sanciones. También hay quienes cuestionan directamente el derecho del vecino a denunciar: «Es igual de legal que si el vecino del quinto sacude el mantel en tu jardín… o se mea directamente desde la ventana», ironizaba uno de los más de mil usuarios que han comentado el vídeo.
@maxikhen29 700€ en carne 🥩 #multa #barbacoa #barcelona #legal #jardin #comenta #sabado #tendencia #barcelona #españa #follow #asado #viralvideos #bordercollie #responde ♬ sonido original – MAXIIIII🐺🐺🐺
¿Humo, panceta o convivencia?
Mientras que algunos defienden el derecho del joven a hacer su barbacoa en su jardín, otros lo acusan de no tener en cuenta a los demás. «Por tener terraza no significa que puedas hacer lo que quieras. Un vecino de arriba no tiene por qué estar con las ventanas cerradas por aguantar tu humo», apuntaba uno de los comentarios más valorados.
La polémica sigue creciendo en TikTok y otras redes sociales, con posiciones muy encontradas. Lo que está claro es que este tipo de situaciones reflejan la complejidad de vivir en comunidad y cómo las normativas locales, los acuerdos vecinales y la tolerancia (o la falta de ella) pueden hacer que lo que parece un gesto inofensivo —asar carne en tu jardín— acabe con una sanción económica considerable.