Desde hace semanas Andalucía está siendo testigo de una mortandad de perdices, especialmente en la campiña de Cádiz. Una situación dramática que se ve perfectamente en un vídeo que ha llegado hoy a la redacción de Jara y Sedal, grabado en un coto de caza en Andalucía. En él, aparece una perdiz moribunda al lado de un comedero mientras un cazador se lamenta por el estado del ave.

Para conocer más acerca de la enfermedad hemos contactado con David Risco, veterinario e investigador en Neobéitar, quien al ver las imágenes comenta: «La perdiz está terminal». Al preguntarle quién puede ser el responsable de este drama Risco señala que «podría ser el virus Bagaza», aunque aclara que no se puede establecer un diagnóstico solo visionando las imágenes. No obstante, la sintomatología que presenta es compatible con la de esta enfermedad: «las aves afectadas muestran síntomas nerviosos, se caen… como la que aparece en la grabación», afirma Risco.

Una enfermedad que ya azotó los cotos de Cádiz hace una década

El virus Bagaza ya azotó varios cotos andaluces, especialmente en la provincia de Cádiz, en el año 2011, terminando con gran parte de las perdices del lugar. Ahora, podría haberse dado un nuevo brote. «El virus Bagaza ha sido raramente descrito en perdices a lo largo de la historia, aunque existen casos, como el mencionado del año 2011», explica Risco. «Hoy día, donde más descripciones hay es en otro tipo de aves como faisanes, especialmente en la zona este de Europa», especifica.

Se trata de un virus que se transmite por insectos y vectores, además de por contacto directo entre animales, pero esta última opción parece ser menos probable. Es muy importante que si un cazador detecta un caso avise a las autoridades sanitarias.

¿Podemos hacer algo los cazadores para detener la enfermedad?

«No hay ninguna acción que puedas hacer en tu coto para favorecer que no se transmita esta enfermedad. Lo único, ayudar a que el sistema inmune en la fauna silvestre de éste esté al máximo», y eso se consigue favoreciendo una gran alimentación e hidratación de los animales, según expone Risco.

Por lo tanto, en cuanto a tratamientos, los gestores de los cotos «pueden por el momento hacer poco más que tener bien alimentados a los animales y tranquilos. La única recomendación que hago es no hacer sueltas que procedan de lugares dudosos controles sanitarios», señala el veterinario.

Que este brote haya surgido a finales del mes septiembre tiene una explicación que ofrece Risco: «Se trata del final del verano, una época del año especialmente propicia para este brote. Como todas las enfermedades que se pueden transmitir por vectores, esta época en la que aún hace calor y la humedad comienza a aparecer puede ser complicada, ya que esas condiciones propician la aparición de insectos», señala.

No existe un tratamiento específico para la enfermedad, pero sí una vacuna

Risco expone que no hay tratamiento para esta enfermedad, tan sólo las vacunas, pero no están registradas en nuestro país. Al preguntarle sobre si la situación es alarmante, el investigador explica que «se estima que en algunos cotos ha llegado a afectar hasta al 40% de la población». «La tónica general es que el brote está siendo menos virulento que el de 2010, pero estamos inmersos en él ahora mismo y no sabemos el nivel de gravedad que puede alcanzar», concluye.