Durante los últimos años la actividad cinegética ha sufrido una serie de ataques anticaza en diferentes frentes con un único objetivo: acabar con ella. Como hacerlo de forma frontal y directa es prácticamente imposible, desde el mundo ecologista y animalista han trazado un plan para ir acabando con ella centrándose en atacar diferentes objetivos.

Este artículo es solo una parte de un amplio trabajo periodístico realizado por la redacción de Jara y Sedal en colaboración con las principales asociaciones del sector en el que mostramos quién está detrás de cada ataque, qué estrategia ha utilizado y qué ayuda se ha encontrado por el camino para llevarlo a cabo. En esta primera entrega abordamos el caso del conejo de monte (Oryctolagus cuniculus), pero hay más, y lo iremos dando a conocer.

¿Quién ha ideado el plan para prohibir la caza del conejo en España?

WWF.

¿Quiénes son los ejecutores?

Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).

Directiva Hábitats, Ley del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad y Lista Roja de la UICN

¿Cuál es el plan para prohibir la caza del conejo en España?

  • En 2008 la UICN incluye a la especie en su Lista Roja como especie casi amenazada.
  • En 2019 la UICN modifica esta declaración para pasar a considerarla como especie en peligro.
  • Recientemente, miembros de WWF España han redactado una propuesta de Estrategia Nacional para la conservación y gestión del conejo de monte, en el marco del proyecto SOS Conejo, que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad y del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en el que se propone disminuir los periodos de aprovechamiento cinegético y los cupos de captura de la especie así como eliminar modalidades como la caza con hurón.

Una especie «en peligro» que es plaga en muchas zonas

A finales de 2019 el conejo de monte se catalogó como en peligro en la Península Ibérica. El motivo: la fuerte reducción de sus poblaciones, en algunos casos entre un 60-80%, con casos muy notables en territorios en los que antaño eran muy abundantes –como en Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía–. Todo esto contrasta con la situación de plaga que se vive en amplias zonas de nuestro país, especialmente las vinculadas a vías de comunicación, con casos graves en Madrid, Aragón, Castilla y León y la propia Castilla-La Mancha. 

El conejo es un excelente ejemplo de una especie en la que no se puede implantar una normativa generalista y generalizada, puesto que la gestión debe adaptarse comarcalmente de forma imprescindible: en una misma comarca pueden estar ausentes de amplias zonas y ser una plaga en otras –en ocasiones separadas apenas por unos centenares de metros–. La prohibición o limitación de su caza debe atender a motivos técnicos y adaptados a la realidad de cada territorio; de hecho, en muchos cotos no se caza cuando su número lo desaconseja. Y recordemos que el conejo sigue siendo una fuente importante de siniestros y pérdida económica para muchas zonas agrícolas en las que la caza es una herramienta de prevención y control fundamental.

¿Cómo han respondido los cazadores a este ataque?

La sobrepoblación de conejo de monte (Oryctolagus cuniculus) es una realidad que afecta a los agricultores de nuestros país, especialmente, de las regiones centro y sur, provocando importantes daños en sus cultivos que, finalmente, se traducen en importantes pérdidas económicas. Esto hace que el control poblacional de la especie sea indispensable para lograr un equilibrio entre la labor agrícola y la presencia del lagomorfo. Sin embargo, su declaración por la UICN como especie en peligro, en 2019, ha supuesto que su caza sea cada vez más cuestionada desde ciertas organizaciones que ven en ella una contradicción para su recuperación.

Fundación Artemisan defiende que la monitorización, el cuidado de hábitat, el control de predadores y la gestión sanitaria de la especie son clave para revertir esta situación y contribuir a la restauración del conejo en las zonas donde se advierte su descenso, pero su caza ha de seguir practicándose, de forma controlada, en áreas donde su sobrepoblación es evidente y dañina para la agricultura. Fundación Artemisan mantiene un importante compromiso con la especie a través de proyectos de recuperación del hábitat, como RUFA, y mediante los censos del Observatorio Cinegético que permiten obtener datos reales de la situación actual de la especie en distintos puntos de España.