Anette Dahl es una cazadora de Noruega que lleva toda la vida dedicándose a la que siempre ha sido su pasión. Nació el 4 de febrero de 1991 y, para ella, la cinegética es una forma de desafiarse y superarse a sí misma. Es un ejemplo de cómo las mujeres demuestran su talento y dedicación en una esfera en la que la presencia masculina es mayoritaria.
En referencia a sus inicios, Anette ha contado al equipo de Jara y Sedal que lleva cazando «desde que era pequeña». «Mi padre es agricultor y siempre estaba trabajando. En su tiempo libre le encantaba ir de caza. Por eso estaba muy ilusionado y contento de llevarme a cazar para poder pasar tiempo conmigo y hacer lo que le gusta. Siempre tuvo paciencia y me dejó probar por mí misma en cuanto quise. Tuve mi primer rifle a los 11 años», recuerda.
«Como la carne que cazo»
«Cazo porque me encanta», ha confesado. «Me encanta la adrenalina, la emoción y también pasar tiempo en la naturaleza concentrándome solo en eso. También me encanta lo que da puesto que yo como, sobre todo, carne que cazo yo misma».
«A menudo me preguntan sobre esto y la gente espera que hable de lo que aporta, pero la verdad es que cazo por mí misma. A pesar de todo, sé lo importante que es, así que si no me gustara, me alegraría de que alguien lo hiciera, ya que es realmente necesario» ha asegurado la cazadora.
«Solo cazo cuándo y dónde sé que es bueno para la naturaleza. Me gusta cómo el tiempo que paso en la naturaleza me prepara para la temporada de caza y que tengo un buen conocimiento de cada animal que cazo. Nunca cazo un animal sin saber que esto forma parte de algo bueno».
Anette Dahl, la cazadora que recorre el mundo
Dahl también ha detallado cómo es la caza en Noruega y qué especies son las más comunes allí. «Tengo mi propia granja y coto de caza, así que cazo lo que me parece necesario en esta zona», ha contado. «Sobre todo alces, ciervos, corzos, urogallos, palomas, castores y zorros».
«Aunque también me gusta viajar y cazar diferentes animales por el mundo, conocer otras tradiciones de caza, distintas especies y rodearme de paisajes diversos».
«En Noruega la caza es muy tradicional. Cazamos para comer y al haber estado cazando por todo el mundo, me parece fascinante cómo en Noruega valoramos el animal en cuanto al peso de la carne, no por lo grandes que sean sus cuernas. Para mí, la caza típica en Noruega es la caza de alces con perros. Tengo el mío propio. Nunca he visto cazar con perros de la misma forma que nosotros en ningún otro lugar del mundo».
«Las mujeres fuertes de Noruega están abriendo camino a futuras cazadoras»
Reflexionando acerca de cómo es su día a día en la caza siendo mujer, Anette ha destacado que ha tenido «la suerte de cazar desde antes de ver cómo los hombres trataban a las mujeres en la caza, así que nunca le di mucha importancia hasta que empecé a cazar en todo el mundo».
«A menudo siento que tengo que demostrar más que mis compañeros cazadores. Participo en competiciones de tiro y eso me ha ayudado a conseguir más ‘respeto’ dentro de la comunidad ya que la gente confía más en mis habilidades de esta forma».
A esto ha añadido que, «aún así, siempre me aseguro de encargarme de mi propia caza. Por ejemplo, yo eviscero los animales que cazo para demostrar que soy tan cazador como cualquier hombre».
«Creo que en Noruega se nos respeta más como cazadoras cada año. Conozco algunas mujeres cazadoras y son mujeres fuertes que saben cómo manejarse. En Noruega muchas mujeres fuertes están abriendo camino a nuevas mujeres cazadoras», ha concluido Anette.
La creciente presencia de la mujer en la caza
En este sentido, la Fundación Artemisan y la Universidad de Extremadura, en colaboración con la Real Federación Española de Caza (RFEC), elaboraron un estudio acerca de la mujer cazadora en España.
La realidad es que la caza sigue siento una actividad que, en su mayoría, la practican hombres. A pesar de esto, la presencia de la mujer está alcanzando una relevancia cada vez mayor en el sector cinegético. De las 700.000 personas, aproximadamente, que cazan en España, se calcula que el 1,5% son mujeres. Esto se traduce a unas 10.500 mujeres cazadoras.
A lo largo de los diez últimos años, el número de mujeres con licencia federativa de caza se ha multiplicado por cuatro y la tendencia es que continúe ascendiendo esta cifra. No solo la mayor presencia de la mujer en la caza se evidencia con cifras y en el caso de España. Esto es algo que puede verse, con ejemplos como el de Anette, por los campos y bosques de todo el mundo.