Un vídeo grabado este domingo ha hecho saltar las alarmas. En él se puede ver el río Tajo a su paso por Garrovillas de Alconétar totalmente cubierto por la azolla –una planta invasora– que amenaza a todas las formas de vida que hay bajo ella.

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La planta inunda todo el río Tajo. / Facebook

Un vídeo grabado este domingo 12 de abril por Carlos Caro García, titular del coto de caza intensivo ‘La Atalaya’ –en las cercanías de la localidad cacereña de Garrovillas de Alconétar– ha hecho saltar las alarmas. En él se ve cómo la azolla, una planta invasora, está asfixiando la vida del río Tajo a su paso por esta zona, y en concreto en el embalse de Alcántara, que se extiende durante decenas de kilómetros.

Esta planta invasora de tipo helechoso ya cubre prácticamente toda la superficie del agua del Tajo, «un gravísimo problema para las numerosas especies que habitan en ellas y para la navegación también», comienza explicando a Jara y Sedal Carlos Caro. «En noviembre di la voz de alarma con otro vídeo en el que se veían pequeños bancos de plantas, pero la Administración no ha hecho absolutamente nada desde entonces», denuncia.

«El problema no está solamente con la imagen que nos encontramos ahora, sino con la que nos encontraremos dentro de tres meses, puesto que esta planta crece a pasos agigantados conforme el calor va entrando, y los resultados pueden ser desastrosos», advierte.

Los peces pueden morir por falta de oxígeno

Las consecuencia más peligrosa será medioambiental, especialmente para los peces que nadan en las aguas del Tajo: carpas, barbos, bogas, black bass, siluros, percasoles, pez gato, luciopercas… «Aún no he visto ninguno muerto, pero llegarán, porque esta planta lo que hace es quitarle el oxígeno al agua y, además, impedir su fácil nado por ella, además de impedir que salgan con facilidad a la superficie», sigue narrando Carlos Caro.

La segunda de las consecuencias negativas será el varapalo económico para la zona: «Esta zona del Tajo vive, en gran medida, del turismo de pesca en los meses de verano. Aquí vienen pescadores ingleses y franceses atraídos por el siluro, y como esta planta ha inundado prácticamente todo el agua, la navegación se hace imposible, y el turismo también”, asegura.

Además, advierte que «si la Administración quisiese, el problema se arreglaba, ya que la azolla es una planta que se puede aprovechar muy bien para alimento animal, además de para abono, ya que tiene muchos nutrientes, no es igual que el camalote, por ejemplo, que no tiene las mismas propiedades», defiende.

Por último, apunta que otro de los graves problemas que puede ocasionar esta planta está en las turbinas de los embalses: «Garrovilla está a 35 kilómetros de la presa de Alcántara. Si estas plantas entran en las turbinas pueden provocar muchos problemas a los técnicos», concluye Caro.

Este es el estado actual del Río Tajo a su paso por Garrovillas de Alconétar. La Azolla, planta invasora de tipo helechoso cubre prácticamente toda la superficie del agua. Un gravísimo problema para las numerosas especies que habitan en ellas y para la navegación también. SOS río Tajo.

Gepostet von Coto Intensivo la Atalaya am Sonntag, 12. April 2020

El camalote, el alga que afecta especialmente al río Guadiana

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Miembros de la Unidad Militar de Emergencias durante las labores de limpieza en el Guadiana. / EFE

A finales de 2019,  la Unidad Militar de Emergencia (UME) tuvo que ponerse manos a la obra en la provincia de Badajoz para retirar del Río Guadiana otra planta invasora, el camalote. Se trata de la planta invasora más dañina a la que hace frente Extremadura y, al igual que la azolla, las consecuencias de la presencia de esta especie invasora son tanto ambientales como económicas. 

Según apuntaba en el año 2018 El Mundo, desde el punto de vista ambiental, la presencia del camalote en las aguas aumenta las tasas de evaporación de éstas entre tres y cuatro veces por encima de los niveles normales. Además también se ven incrementados los niveles de sulfuro de azufre, la DBO y la DQO como consecuencia de la descomposición de la planta.

Otro problema es que debido a su presencia la luz no es capaz de llegar debajo del agua y las plantas no pueden realizar la fotosíntesis, por lo que al final mueren y acaban desapareciendo. La fauna también se ve afectada al verse reducido su nicho alimenticio, por la falta de oxígeno de las aguas y la proliferación de mosquitos entre otras.

En cuanto a los sectores económicos más afectados, éstos también son el hostelero y el agrícola que ven cómo la actuación ineficiente de la Administración está llevando a la expansión de esta especie invasora no tenga fin y cada vez sea más compleja su erradicación.

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