El agricultor y cazador José Máximo Arranz ha grabado una de las imágenes más bellas que un amante del mundo cinegético puede presenciar: la de una pareja de liebres apareándose. Se trata, por la delicada situación que está atravesando la especie en nuestro país debido a la enfermedad de la mixomatosis, de un halo de esperanza de cara a los próximos meses.
El vídeo está grabado en las cercanías de Langayo, en la provincia de Valladolid. «Iba con el tractor, y en la cuneta estaban las liebres apareándose. Yo creía en primer lugar que se estaban peleando, porque salía un montón de pelo de los mordiscos, y resulta que no, que era del cariño el que se tenían», señala entre risas en declaraciones a este medio el agricultor y cazador.
Respecto a la situación de esta especie en la zona, Máximo Arranz explica que «la liebre ha estado con una población muy baja en este lugar en los últimos años debido a la enfermedad, aunque sí es cierto que ahora está creciendo algo, y esta imagen llama a la esperanza», expone.
Como recordábamos hace unas semanas en un vídeo del criador de liebres Leocadio Galán del que se hacía eco Jara y Sedal, la liebre empieza a criar a partir de los ocho meses y su periodo reproductivo cuenta con entre 28 a 42 días de gestación. La primera camada suele ser desde mediados hasta finales de enero, que suele ser la que menos lebratos da, entre uno o dos; a partir de junio o julio, la hembra puede alumbrar más animales, y al año cada una de ellas puede sacar una media de ocho o diez lebratos.
Los lebratos nacen al mundo con pelo y los ojos abiertos y, cuando ven la luz, pesan una media de 100 gramos. Al destetarse, su tamaño debe haber aumentado hasta los 300 o 400 gramos.