No es la primera vez que compartimos increíbles viajes migratorios protagonizados por ejemplares de aves como becadas o zorzales. Así lo vamos a hacer también esta vez, solo que en este caso ha sido una agachadiza común (Gallinago gallinago) la que ha sorprendido a las redes sociales con un destacado recorrido.

El último viaje migratorio del que nos hicimos eco correspondió a un ejemplar de becada que logró completar 1.442 kilómetros, pero lo realmente increíble de esta historia es el reducido tiempo en el que lo hizo. Desde la ciudad de Isaszeg, ubicada en Budapest, el animal llegó hasta la comarca Gironés, en la provincia de Girona, en tan solo 20 días. Ni siquiera necesitó un mes para cruzar casi 1.500 kilómetros.

La hazaña de una agachadiza

El viaje de Italia a Rusia que protagonizó la agachadiza. © Instagram

El viaje que vamos a conocer a continuación lo ha hecho público el perfil de Instagram del criador de perros Stefield Kennel (@stefieldsetter_kennel), en el que cuenta con más de 5.100 seguidores.


Una becada extenuada se posa sobre la cubierta de un barco en alta mar


De este modo, la publicación nos enseña cómo se han encontrado con un ejemplar de agachadiza al que le pusieron un dispositivo GPS para controlar sus movimientos. Es por ello que, al hallarla, pudieron descubrir que el ave había sobrevolado un total de 3.500 kilómetros.

«Datos asombrosos. ¡En busca de alimento, el rastreo descubrió que esta agachadiza volaba más de 3500 kilómetros para aterrizar en regiones más cálidas!», han querido destacar en el texto con el que acompañan el vídeo.

El largo viaje de becadas y agachadizas

Muchas aves migratorias, como la becada (Scolopax rusticola) y la agachadiza común (Gallinago gallinago), emigran principalmente en busca de mejores condiciones climáticas y abundancia de alimento. Estas especies habitan áreas boscosas, humedales y praderas en regiones del norte de Europa y Asia durante la primavera y el verano, cuando las temperaturas son suaves y hay gran disponibilidad de insectos, lombrices y otros invertebrados, esenciales para su dieta. Sin embargo, con la llegada del otoño y la disminución de las temperaturas, las fuentes de alimento escasean, lo que impulsa su desplazamiento hacia zonas más cálidas.

Becada. © Shutterstock

La becada inicia su migración otoñal entre septiembre y noviembre, viajando hacia el sur de Europa, la cuenca mediterránea y el norte de África. Su viaje es mayormente nocturno y puede recorrer cientos de kilómetros en una sola noche. Regresa a sus áreas de cría entre marzo y abril, cuando las condiciones mejoran.

https://revistajaraysedal.es/wp-content/uploads/2021/08/pesca-galicia-puerto.jpg
Agachadiza común. ©Shutterstock

La agachadiza, por su parte, sigue patrones similares, migrando a partir de agosto o septiembre hacia áreas más templadas del sur de Europa y África. En primavera, emprende el regreso hacia las zonas de reproducción en el norte. Estos viajes migratorios son esenciales para su supervivencia, garantizando acceso a recursos vitales durante todo el año.

Sobre el autor