Antiguamente, las casas armeras y empresas relacionadas con la caza escogían verdaderas obras de arte para publicitar sus rifles, escopetas y cartuchos. Tanto es así, que ahora muchos de esos cartelones se han convertido en auténticos iconos del marketing cinegético y algunos originales se venden en internet a precios desorbitados.
Sin embargo, en otras ocasiones el mensaje o la imagen (o ambos) chocan frontalmente con la idea de caza ética y responsable que tenemos en la actualidad y a día de hoy sería imposible que esos carteles salieran a la luz. A continuación puedes ver de una selección con siete de los más conocidos y dos polémicos, relacionados con la caza.
1. La imagen del tiro y la caza como reclamo
Este es un cartel de la casa Osborne que escogió una imagen de un tirador, seguramente en una cancha de pichón, para promocionar su popular bebida en la revista Caza y Pesca.
2. Caza peligrosa
La casa armera Winchester era un auténtica especialista en dejar a los cazadores con la boca abierta y sus anuncios eran verdaderas joyas que representaban acciones de caza con fauna americana. En este cartel vemos a un tremendo oso siendo acosado por unos perros en medio de un barranco de piedra. El lema del anuncio es claro: Se busca un hombre con un Winchester. ¿Acudirías a la llamada?
3. Un oso, frente a frente
Otro cartel publicitario de Winchester y otro en el que el protagonista es un oso feroz. En esta ocasión, la pintura dibuja a un cazador armado con su rifle disparando a dos palmos del animal.
4. Caza y supervivencia
Es curioso comprobar como en la época estrella de la cartelería publicitaria, el oso era el reclamo estrella para las casas armeras. Sin embargo, otras empresas alejadas del mundo cinegético también retrataban escenas con osos y cacerías para promocionar sus productos. En este caso se trata de un anuncio de Canadian Hunter, un whisky que hace honor a su nombre y representa la batalla entre cazador y fiera.
5. Un lance de menor
Vamos con otro clásico de la publicidad cinegética. La casa armera Remington, una de las más conocidas del planeta, trató de tocar el lado sentimental con esta peculiar escena de menor en la que se publicitaba unos cartuchos. Un padre, acompañado de su hijo, encara un faisán que su perro levanta mientras un conejo salta por su espalda. El lema, Da igual a lo que tires, estate seguro de que es con Remington.
6. La caza, de padres a hijos
Este es uno de esos anuncios con moraleja que gustan a todos los cazadores. Se trata de un cartel muy bonito con una pintura que muestra una escena entre padre e hijo después de una jornada de caza, compartiendo un taco a la americana. El perro descansa a su lado, esperando alguna migaja y los rifles reposan en el tronco del árbol que les cobija. Preciosa escena que anuncia balas Super X del calibre .22.
7. Y el Madrid qué… ¿otra vez campeón de Europa?
Así terminaba uno de los anuncios más icónicos de la televisión española. En esta ocasión no se trata de un anuncio en papel, ni tampoco de un producto estrictamente de caza pero el Mitsubishi Montero (además de por su nombre cinegético) se ha convertido en uno de los coches favoritos entre los cazadores españoles. En el spot se ve a un anciano recordando noticias del pasado, ocurridas hace mucho tiempo… Y el eslogan deja claro el motivo: donde te lleve tu Montero hace mucho tiempo que no llega nadie…
8. ¿Una copa para tiradores?
Todos lo tenemos más que interiorizado: cuando se manejan armas, la tasa de alcohol debe ser cero. Pero eso era algo impensable hace unas décadas. Por eso la marca Soberano no dudó en elegir a dos tiradores de escopeta para ilustrar sus anuncios. En él se podía leer: Los buenos tiradores toman siempre soberano (…) refresca y entona… Una barbaridad absoluta que hoy sería impensable ver en prensa o televisión.
9. Las armas no son un juguete
Aunque no hace referencia a la caza, si habla sobre armas y pone los pelos de punta. Una marca de revólveres y pistolas pensó que sus armas eran tan seguras que hasta una niña podría tenerla en la cama sin peligro a que se disparase. Una barbaridad que, a día de hoy, jamás vería la luz.