Nacido en 2007, el 6,5 Creedmoor: tiene su origen .308 Win., del que obtiene la vaina, un poco más corta e ideal para alojar puntas más largas, incorporando un proyectil del 6,5, cuyo coeficiente balístico es superior. Así, la punta de velocidad que alcanza es más elevada durante más metros, pero manteniendo un retroceso suave. Podemos situar al 6,5 Creedmoor entre un .243 Win., y un 7 mm-08, con una semejanza al 6,5×55 en cuanto a condiciones balísticas.

Una solución a larga distancia

El 6,5 Creedmoor es una creación de un par de ingenieros de Hornady, Dave Emary y Joe Thielen, que observaron que los tiradores de competición recurrían cada vez más a los cartuchos de 6 milímetros para disparar a distancias superiores al kilómetro. Buscando poco retroceso recurrieron a ellos, cuyas balas livianas producen un retroceso muy controlado. El objetivo era mantener la velocidad y ganar en estabilidad, así que Emary y Thielen pensaron que la solución era montar una bala de 6,5 milímetros de 140 grains con un coeficiente balístico de al menos 0,500. 

El mercado apuesta por él

El 6,5 Creedmoor ya es tan popular que las grandes casas de munición como Hornady, Federal o Norma están compitiendo entre ellas para ofrecer lo mejor al cazador, de tal manera que su evolución es constante y las distintas opciones de pesos y puntas se actualizan cada poco tiempo.

Además, no es caro. Una de las pretensiones de sus creadores era fabricar un cartucho asequible. Al tratarse de un 6,5 muchos podrían pensar que no es apto para piezas como el venado o los jabalíes más grandes. En España nos gusta salir al campo con un cañón tierra-tierra y cuanto más brusco sea el estruendo, mejor. Es un error. Recuerdo que hace un par de años un amigo me contaba que, recechando alces en Suecia, los cazadores locales se quedaban de piedra al ver a los americanos portar un .338 Win. Mag., pues ellos siempre utilizaban un .308 Win. Mag. Hay que tener en cuenta que el 6,5 Creedmoor está diseñado para disparar a grandes distancias. Es su cometido, por lo que suele montar proyectiles muy expansivos que en cortas o medias distancias o impactando sobre objetivos muy voluminosos puede no penetrar todo lo necesario.

Precisión garantizada

Ya sabemos que este aspecto no depende exclusivamente de la munición y que tanto el arma como las aptitudes del cazador son decisivas para lograr resultados óptimos. Lo que sí es verdad es que con su excelente coeficiente balístico la precisión está casi garantizada si el encargado de apretar el gatillo tiene la pericia suficiente.

El cartucho fue diseñado con balas de 140 grains, así que esa medida sería la más acertada. Existen en el mercado proyectiles de 120 y 129, pero conozco tiradores que los han probado a 500 y 600 metros y no han obtenido los mejores resultados.

Si vas a comprar un 6,5 Creedmor, ten en cuenta esto

Si estás pensando en cambiar de rifle y te convence este calibre, tienes una gran abanico para elegir. El creador del cartucho es Hornady, pero también hay muchas otras marcas que lo comercializan.

Distribuidas en España por BBI (Beretta Benelli Ibérica) encontramos, entre otras, las balas Federal Fusion y Soft Point Open Tip Match y las Sako TRG Precision de 136 grains y Speedhead de 144 grains.

Hornady ofrece infinidad de pesos y puntas, pero la más popular es la ELD-X de 143 grains (45,53 euros). También dispone en su armero de la mítica punta Superformance SST de 129 grains (42,91 euros).

Norma también  ha incorporado este novedoso calibre a su catálogo. Para caza, la casa sueca ofrece la Swift Scirocco, de 130 grains (desde 48 euros) con punta de caza de polímero, un coeficiente balístico superior al 0,550 y una velocidad de 850 metros por segundo; para competición de larga distancia, la Golden Target HP de 130 grains.  

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