En el argot cinegético el término ‘farear’ se refiere a la utilización de una fuente luminosa para ver durante la noche en plena naturaleza y con el fin de identificar al animal que se pretende abatir, normalmente jabalíes. Una técnica legalmente permitida solo bajo ciertas condiciones y en algunas regiones bajo autorización expresa. Sin embargo, esta práctica se torna ilegal cuando se realiza sin los permisos necesarios o para abatir animales de manera furtiva. Es una acción reprobada por los cazadores legítimos, ya que no solo viola la ley sino que también interfiere con la gestión cinegética adecuada, pudiendo resultar en la muerte de animales jóvenes o con potencial genética.
Infracción muy grave
Recientemente, un caso en La Rioja ha resaltado la gravedad de estas acciones. Un hombre de 35 años, residente en la localidad de Ventosa (La Rioja), fue sorprendido fareando desde su furgoneta. El incidente, que tuvo lugar cerca del Barranco de la Tejera en Sotés, llevó a una propuesta de sanción por infracción muy grave a la ley de caza de la comunidad autónoma. El varón ahora enfrenta una multa de 3001 euros y la retirada de su licencia de caza durante tres años.
La detección del furtivo fue posible gracias a la vigilancia nocturna de los agentes del servicio de seguridad ciudadana de Torrecilla en Cameros, quienes estaban patrullando la zona para prevenir precisamente este tipo de actividades ilícitas. Al interceptar la furgoneta, que circulaba a baja velocidad, descubrieron a tres individuos en su interior, uno de los cuales intentaba ocultar una escopeta. Tras la intervención del arma, se realizó un registro vehicular que reveló la presencia de 18 cartuchos, varias linternas y un perro de raza podenco.
También fue denunciado por portar marihuana
El propietario del arma fue denunciado por varias infracciones administrativas, incluyendo violaciones al Reglamento de Armas y a la Ley de Seguridad Ciudadana, esta última por portar marihuana. La Guardia Civil de La Rioja procedió a proponer la revocación de su licencia de armas, y tanto la escopeta como la munición fueron depositadas en la Intervención de Armas en Logroño.
Este caso no solo subraya las consecuencias legales del furtivismo y el fareo ilegal, sino que también refleja el compromiso de las autoridades con la preservación de la fauna y el cumplimiento de las regulaciones cinegéticas. La sanción impuesta busca ser un claro disuasivo para aquellos que consideren infringir la ley, protegiendo así los intereses de los cazadores y la vida silvestre de la región.