Fátima Benomar, activista feminista francesa, señaló el pasado mes de junio en declaraciones a Radio Monte-Carlo que «un gran porcentaje de los feminicidios son perpetrados con armas de fuego por cazadores en general», atacando de esta forma al sector cinegético, algo por lo que ahora le piden 100.000 de euros al vincular a los amantes de la actividad cinegética con la violencia de género en el país galo.
La Federación Nacional de Cazadores -FNC- a través de su departamento jurídico, ha presentado una denuncia contra la activista por estas manifestaciones que causan daño moral al colectivo y, en ésta, le reclaman una cantidad cercana a los 100.000 euros. Ya en el mes de agosto pasado, la FNC había presentado una denuncia contra otra feminista y ecologista, Sandrine Rousseau, por comentarios en el mismo sentido realizados en el medio France 2 en febrero de este mismo año.
También a ella la FNC le reclama otros 100.000 euros por los daños sufridos, es decir, 10 céntimos por cada cazador que tenga vigente su licencia para la temporada en curso.
En cualquier caso, el movimiento feminista apoya a Fátima Benomar ya que incluso ha lanzado una petición online para recaudar fondos para pagar las costas judiciales: «Sí, debemos poder hablar de feminicidios en el debate público, y sí, debemos poder hablar de feminicidios cometidos con armas de caza», exponía. Ahora, la justicia deberá hablar.
La reflexión sobre el feminismo de una joven cazadora y empresaria española tras ser acosada en redes el pasado verano
Por último, recordamos cómo el pasado verano la joven cazadora y emprendedora Patricia Muñoz fue increpada en redes sociales después de que el programa Todo es Mentira, de Cuatro, la entrevistase como afectada de las nuevas medidas puestas en marcha por el Gobierno respecto a la regulación de temperatura en establecimientos, ya que ella posee una tienda de ropa y complementos. Tras ello, el presidente de la Red de Autónomos de España, Francisco A. Ferrera, cargó contra ella a través de su cuenta de Twitter tildándola de «activista paramilitar que luce una foto con rifle de asalto».