La Junta de Castilla y León ha multado con 10.000€ a un agricultor por roturar una zona de hábitat de la alondra ricotí, una de las aves más amenazadas de la UE, en una zona protegida de Palencia. La sanción implica que el infractor también tendrá que restaurar la zona dañada y cesar en sus actividades agrícolas.

Los hechos ocurrieron en 2018 en el pago “Páramo de la Castañeda” de Cevico de la Torre, donde el agricultor roturó unas 30 hectáreas de praderas naturales que formaban parte de una Área de Interés para las Aves (IBAs). Tal y como ha podido comprobar Jara y Sedal tras tener acceso a la sentencia y a los recursos presentados por el agricultor, esa zona había sido cultivada hasta 1984.

Tras el procedimiento de concentración parcelaria ese terreno figuraba como destinado a secano, motivo por el cual el agricultor solicitó un cambio de uso y pagó la correspondiente tasa de roturo, sin esperar a la resolución de la administración. Y eso fue un error que le ha salido muy caro.

Estos hechos fueron denunciados por Ecologistas en Acción porque, según sostenían, la roturación afectaba a la única población conocida en Palencia de la alondra ricotí o alondra de Dupont (Chersophilus duponti), una especie clasificada en “peligro de extinción” por la pérdida de su hábitat. Además, en la zona nidificaban otras aves vulnerables o amenazadas como alondras, calandrias, cogujadas, currucas, sisones y alcaravanes también se vieron perjudicadas.

La denuncia fue presentada por un particular al SEPRONA de la Guardia Civil, que junto con otras denuncias de agentes medioambientales, inició un expediente sancionador contra el responsable.

En mayo de 2021, el Delegado Territorial de la Junta resolvió el expediente imponiendo la multa y la obligación de restaurar la zona como medida necesaria para preservar los valores naturales.

El caso de la planta fotovoltaica de Almargen (Málaga)

La alondra ricotí es una especie muy amenazada que vive en zonas áridas y semiáridas con vegetación escasa. Es la única especie del género Chersophilus y se distribuye por el norte de África y la península ibérica. El estado de sus poblaciones es tan reducido que actualmente está declarada en peligro de extinción.

A pesar de ello, el activismo de los ecologistas frente a este caso contrasta con su silencio en otros de mayor gravedad, como la Ley animalista aprobada por el Gobierno o el caso de la planta fotovoltaica que está previsto construir en Almargen (Málaga) y que amenaza a una especie de similares características a la alondra ricotí: el sisón común (Tetrax tetrax).

Sisón.
Sisón. © JDG

Esta ave esteparia también se encuentra en peligro de extinción y nidifica en Almargen (Málaga), donde la Junta de Andalucía ha aprobado recientemente un proyecto de planta solar fotovoltaica que afectará a su hábitat.

La Federación Andaluza de Caza y la Fundación Artemisan han presentado alegaciones contra el proyecto, que también pondrá fin a una iniciativa para la recuperación de la perdiz roja en la zona. Su mensaje ha sido claro: los cazadores andaluces defienden las energías renovables, pero no a costa de la biodiversidad.