Hace escasos días uno de nuestros países vecinos, Francia, aprobó el uso de silenciadores en la caza. En este artículo te exponemos cómo funciona un silenciador y varios motivos por los que el Gobierno de España debería seguir el mismo camino.
29/1/2018 | Redacción JyS

En Francia e Inglaterra es legal usar el silenciador para cazar. /Jara y Sedal

¿Cómo funciona un silenciador?

Hay muchos mitos alrededor de los silenciadores y su funcionamiento. Uno de ellos es la creencia de aquellos que piensan que estos dispositivos reducen la velocidad de salida de la bala hasta niveles subsónicos para que al salir esta no produzca un estruendo; esto es falso.
Cuando un arma es disparada, se produce la expulsión de gases presurizados con una elevada temperatura. Esos gases se generan al encenderse de forma instantánea el fulminante de la bala. Cuando los gases salen del cañón, el cambio brusco de ambiente produce la detonación que escuchamos.
Pues bien, dentro de los silenciadores hay deflectores que cambian la trayectoria de esos gases y cámaras de expansión que canalizan, enfrían y redistribuyen los gases para reducir el ruido de la detonación. En este vídeo puedes ver exactamente cómo funciona.

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Protege tu salud

Según un estudio realizado recientemente, la mayoría de los cazadores españoles no protege sus oídos al practicar la actividad cinegética y un 51% sufre problemas de audición irreversibles. El uso de los silenciadores es una medida más  para garantizar nuestra seguridad.
Estos accesorios, como ya hemos explicado, reducen de forma notable el impacto sonoro de la detonación de un arma. Y aunque se tendría que seguir concienciando sobre la protección de los oídos, puesto que los silenciadores no eliminan por completo el ruido, serían de gran ayuda.
Por poner un ejemplo, el sonido de un disparo de un rifle del calibre .308 se ve reducido en 30 Db si el arma lleva acoplado un silenciador.

Mejora la precisión

Los gases que libera el arma al ser disparada son los causantes del retroceso, que en numerosas ocasiones provocan que no se pueda repetir el disparo sobre una pieza. Pero la principal razón por la que mejora la precisión es porque, como hemos visto en el vídeo anterior, la estructura interna del silenciador evita que esos gases salgan de forma descontrolada por la boca del cañón, permitiendo distribuirlos de manera mucho más homogénea y ordenada. Esto sirve para mejorar la precisión y la regularidad de los disparos.
Además, el sonido del disparo la mayoría de las veces descentra al cazador y hace que cierre los ojos.
Al montar un silenciador en nuestra arma de caza reduciremos notablemente el retroceso de esta y será más fácil disparar sin complicaciones y repetir los disparos sin que se nos mueva del objetivo.
Por otro lado los silenciadores ayudan a reducir el fogonazo provocado por los disparos. Si bien esta característica no influye durante el día, sí que cobra relevancia cuando disparamos de noche, como en el caso de la caza en espera. Gracias al silenciador evitaremos quedar deslumbrados y podremos abatir de una forma más rápida a nuestra pieza.
 

Caza más ética

A la hora de llevar a cabo una gestión en un coto para abatir un animal enfermo o selectivo si disparamos con un arma sin tener un silenciador molestaremos al resto de fauna con el estruendo que provoca la detonación; más si cabe si esta gestión se hace en determinados lugares con una orografía que ayuda a la propagación del sonido. Estas actividades de control de fauna se complican especialmente en casos como los descastes de ciervas por exceso de población. En muchos casos las administraciones obligan a llevarlos a cabo en un periodo muy breve de tiempo sin que haya posibilidad de alcanzar los objetivos porque los animales se dispersan con el sonido de las detonaciones. 
Esto también ocurre durante los recechos, cuando se busca una sola pieza con unas determinadas características. Si logramos ponerla a tiro y finalmente disparamos es muy probable que interrumpamos la rutina y tranquilidad de la fauna.

Gran ayuda para iniciarse

Cuando una persona se introduce en el mundo de la caza, el primer problema al que se enfrenta al disparar es el retroceso del arma. Los silenciadores ayudarían a los más jóvenes a perder el miedo a las detonaciones -muy desagradables en los inicios de un cazador-. De esta manera, si el cazador novato puede llevar un silenciador, podrá poner más énfasis en su técnica de disparo y su precisión y así abatir la pieza sin sufrimiento innecesario.

Menor molestia para otros usuarios del monte

La caza no se lleva a cabo en un espacio cerrado y vacío, sino que el monte tiene otros usos y usuarios. En numerosas ocasiones nos encontramos con otras personas mientras andamos por el campo y a estas les puede dar miedo o producir incomodidad el ruido de los disparos pero, si por el contrario, logramos reducirlo todos podríamos hacer un mejor uso del terreno y la convivencia con el resto de usuarios.