Por Ciencia y Caza

Las investigaciones apuntan a que en España existen alrededor de unos 10.000.000 de estas aves distribuidas, principalmente, en Castilla-La Mancha, Castilla y León, Cataluña y Andalucía. Los estudios nos dicen que su población total parece mantenerse estable desde finales de los años 90. 

Pero… ¿las palomas torcaces no eran migratorias?

Lo siguen siendo, pero hoy sabemos que las que habitan en la Península Ibérica son principalmente sedentarias. Las palomas torcaces que aterrizan de fuera proceden, principalmente, del centro y norte de Europa, y llegan para invernar. Aquí te contamos cuáles son sus principales rutas migratorias.

Las que crían aquí pueden realizar desplazamientos importantes en función de la climatología, algo parecido a lo que hacen las codornices que no bajan a África y se crían en nuestro país, mudándose al norte cuando el calor aprieta. Por último, no podemos olvidar a las torcaces ‘urbanitas’, que crían en zonas urbanas y sus alrededores y que también pueden acabar en nuestro morral.  

¿Cómo se explica esta abundancia?

Las palomas torcaces son aves asociadas a bosques intercalados con espacios abiertos, de ahí que la dehesa sea uno de sus hábitats preferidos. Lo cierto es que la ciencia nos dice que han sabido adaptarse a otros más diversos, incluyendo los pueblos y ciudades, que ofrecen zonas idóneas para el anidamiento y cría de los pichones –quizá más tranquilos que las habituales–.

Ponen sus nidos en árboles, pero también en otras estructuras con suficiente cobijo y protección, de ahí que muchos pueblos y ciudades les estén ofreciendo un hábitat idóneo para reproducirse. A esta capacidad de colonización urbana hay que sumar el hecho de que pueden tener descendencia desde su primer año de vida y reproducirse desde finales del invierno hasta los inicios del otoño, aunque lo habitual es que sólo lo hagan una vez al año mediante una puesta de dos huevos.

¿Y quién se las ‘come’?

En el año 2011 se abatieron alrededor de 1,5 millones de palomas torcaces en España, y esta temporada que acaba de empezar las cifras podrían llegar a un 15-20% del total de su población. Por otro lado, los accidentes por colisiones con vehículos o molinos de viento y el impacto natural de los depredadores, principalmente de las rapaces, son sus grandes amenazas.

De hecho, y debido a la escasez de otras presas como el conejo de monte, en invierno las palomas torcaces se convierten en una de las fuentes de alimento más importantes para aves como el águila imperial.