Los perros tuvieron contacto el pasado jueves con una jabalina abatida cerca de Oricáin, y cuatro de ellos murieron pocas horas después. La Policía Foral ya está llevando a cabo el análisis del suido para confirmar que se trata de la enfermedad de Aujeszky.
2/2/2020 | Redacción JyS
Varios perros de caza murieron este sábado en la zona navarra del valle de Anue después de haber sido contagiados por una jabalina que podría estar afectada por la enfermedad de Aujeszky durante una batida de caza el pasado jueves, según informa Noticias de Navarra. En total, han sido ocho canes los afectados tras la batida.
Según sigue indicando el citado medio, los perros tuvieron contacto el pasado jueves con la jabalina abatida cerca de Oricáin, y cuatro de ellos murieron a las pocas horas de la jornada cinegética. Los cazadores incineraron los restos de la jabalina y contactaron con la Policía Foral, que ya está llevando a cabo el análisis en un laboratorio de los restos del suido.
¿Qué es la enfermedad de Aujeszky?
Según explica Ciencia y Caza, la enfermedad de Aujeszky, está transmitida por un virus de tipo porcino, que pueda estar presente en cerdos o en jabalíes y que no se transmite a los seres humanos.
También llamada pseudorrabia, tiene una gran importancia sanitaria y económica en el mundo ganadero, sobre todo en el sector porcino. Es una enfermedad de declaración obligatoria y está establecido un completo programa de vacunación para su control y erradicación en las explotaciones españolas.
Las
especies que actúan como hospedadores y reservorios naturales son el cerdo
doméstico y el jabalí. Sin embargo, excepto al hombre, el virus puede afectar a
un gran número de animales, ungulados, cánidos, félidos… tanto domésticos
como silvestres. En estas especies, llamadas hospedadores accidentales, la
enfermedad suele ser rápida y mortal.
Una de las características de esta enfermedad vírica, causada
por el herpesvirus porcino tipo I, es la capacidad de provocar infecciones
latentes. Los animales pueden estar infectados sin mostrar síntomas hasta que
determinadas situaciones provocan una alteración o desequilibrio: estrés, parto
o inmunosupresión (nivel bajo de defensas). En estas ocasiones el virus se
reactiva y los síntomas aparecen. Los
animales, una vez infectados, serán portadores del virus durante toda su vida.
Las vías de transmisión del virus son principalmente mediante
contacto directo, oronasal y genital y de madres a hijos (vía vertical) durante
el parto y lactación. Además, se producen también casos de transmisión por
ingestión de un animal enfermo. Este virus puede dispersarse por el aire varios
kilómetros.