Esta joven cuenta a Jara y Sedal cómo cazó el primer jabalí de su vida el pasado mes de diciembre: «Mi mayor deseo fue abatirlo junto a mi padre, quien me ha infundido la pasión por la caza». El animal, «pequeño pero con grandes amoladeras», cayó al primer disparo.

2/3/2020 | Redacción JyS

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La joven, con el jabalí. / JyS

La joven de 16 años Estela del Carmen Fernández González, natural de la localidad de Albuñol, cazó el pasado 14 de diciembre de 2019 el primer jabalí de su vida, una experiencia que ha querido narrar a Jara y Sedal.

El lance se desarrolló en una jornada de caza de jabalíes al salto en el coto del municipio de Sorvilán (Granada). Aquel día, Estela iba junto a su padre y varios amigos cazadores cuando entraron en una zona de bosque, donde escucharon la primera ladra. «Nos pusimos muy pronto en alerta», explica la cazadora.

Al escuchar a los perros, «mi padre y yo fuimos corriendo hacia adelante, donde nos salió el jabalí y, en cuanto lo vi, disparé con mi escopeta Beretta modelo 303 con una bala Saga», comenta aún emocionada la joven. Fue solamente un disparo el que requirió el jabalí para caer, pero Estela recuerda el corto pero intenso momento con mucha emoción.

«Al ver que el jabalí cayó, mi ilusión fue increíble. Mi mayor deseo fue abatirlo junto a mi padre, quien me ha infundido la pasión por la caza», explica la joven granadina, que además resalta del animal que era «pequeño pero con grandes amoladeras».

Posteriormente, ha tenido la oportunidad de abatir cinco cochinos más en una zona en la que hay superpoblación de jabalíes, de ahí la importante gestión cinegética que los cazadores llevan a cabo en la comarca para evitar, entre otros problemas, los accidentes y los daños a la agricultura.

Esta chica caza su primer jabalí junto a su suegro y los alanos de su novio

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La joven, con su novio Iván y el jabalí. / L.L.

La joven cazadora madrileña Laura López logró abatir, el pasado 24 de noviembre en una montería en las cercanías de la localidad toledana de Hontanar, el primer jabalí de su vida en una emotiva mañana junto a su suegro y sus alanos. «Como dice mi suegro, todo llega, pero no hubiera imaginado nunca que fuera así, tan familiar», ha comenzado relatando a Jara y Sedal la experiencia. «En mi familia nadie caza, yo no he tenido tradición montera ni oportunidad, pero sí un cariño especial a los perros y al campo, siempre, ya que son los que me han llevado hasta aquí…», sigue explicando la joven. Te lo contamos aquí.