Poco más de medio centenar de ecologistas se manifestaban en la mañana de ayer frente al Congreso de los Diputados para protestar contra el cambio climático. Pero no fue el escaso poder de convocatoria de la iniciativa lo que más llamó la atención de transeúntes e internautas, si no su comportamiento incívico.
Tras la protesta, el movimiento ‘Rebelión Científica’ dejó la fachada del Congreso y las columnas de la entrada llenas de pintura roja en una improvisada ‘sentada’ a la que se unió el diputado de Unidas Podemos y líder de Alianza Verde, Juantxo López de Uralde, quien aseguró que «es una acción no violenta». «Yo lo he hecho en muchas ocasiones y me parece que es adecuado», puntualizó. Por su parte, el líder de Ecologistas en Acción, Theo Oberhuber, también apoyó la movilización a través de un mensaje en su cuenta oficial de Twitter.
La Rebelión Científica tiñe de rojo el Congreso: Decenas de científicos y activistas arrojan pintura roja en el Congreso para denunciar que la inacción de los gobiernos está poniendo en peligro a la humanidad y la vida en el planeta tal como la conocemos.https://t.co/e3x4tarDkP pic.twitter.com/Kxjio8qbXW
— Theo Oberhuber (@TheoOberhuber) April 6, 2022
La protesta terminó con 58 personas identificadas, 20 de ellas a las que se les levantó acta por infracción a la ley de seguridad ciudadana. Hasta once furgones de la Policía tuvieron que acudir para disuadir a los manifestantes para que los servicios de limpieza limpiaran los ensuciado por los ecologistas.
Más de 600.000 cazadores dan una lección de comportamiento en Madrid durante el 20M
La convocatoria animalista contrasta con la llevada a cabo por el mundo rural y cinegético el pasado 20 de marzo en Madrid. Cerca de un millón de personas, concretamente 800.000 según la organización y entre las cuales había más de 600.000 cazadores, colapsaron la Castellana madrileña en una protesta histórica. Pero no solo la masiva presencia de aficionados a la actividad cinegética destacó, si no que su comportamiento, una vez más, fue ejemplar.
Además, no hubo que lamentar ni un solo altercado, ni con la Policía ni con los participantes en otras protestas contrarias que ese mismo día se realizaron muy cerca del recorrido de la manifestación del 20M gracias a la perfecta organización del evento y del comportamiento de todas las personas que acudieron. Los cazadores, una vez más, volvieron a dar una lección de civismo en Madrid, cosa a la que otros colectivos no nos tienen tan acostumbrados.