Los cazadores catalanes están en pie de guerra después de que la Generalitat haya anunciado la nueva normativa de sanciones: «Por un lado la nos da las gracias por la gestión de control que realizamos y por otro nos aumenta las sanciones», denuncian a Jara y Sedal fuentes cercanas a la federación.

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Agentes rurales armados revisando la documentación de un cazador.

Los cazadores catalanes están mostrando su malestar en los últimos días después de la publicación de las nuevas medidas de sanción al colectivo a través de la Ley 5/2020, de 29 de abril. En ésta, aprobada el pasado mes en el Parlamento de Cataluña, se imponen una serie de ‘medidas fiscales, financieras, administrativas y del sector público y de creación del impuesto sobre las instalaciones que inciden en el medio ambiente’, algo que critica duramente el sector cinegético en la región ya que se imponen nuevas multas de hasta 120.000 euros.

«Por un lado la Generalitat nos agradece nuestra labor de gestión y, por otro, nos pone palos en las ruedas para poder seguir haciéndola», han asegurado a Jara y Sedal fuentes cercanas a la Federación Catalana de Caza.

Entre otras, hay nuevas multas por hechos como colocar una parada de batida en un camino o por el ‘mal’ mantenimiento de los perros de caza: «Llevamos años pidiendo una regulación de núcleos zoológicos por lo que respecta a los perros de caza y no existe. Ahora dejamos a criterio del agente rural o la autoridad competente de turno a determinar si es una sanción grave tener más perros o menos en los metros cuadrados de una perrera. Estamos hablando de sanciones hasta 120.000…», denuncian estas fuentes.

Estas medidas «no han sido consensuadas en ningún momento con el colectivo» y tanto el presidente de la Federación como de las territoriales están manteniendo reuniones para determinar qué acciones llevar a cabo.

Algunos ejemplos de sanciones

Las modificaciones más graves de las sanciones van desde todo lo que afecta a las zonas de seguridad hasta tener incluso chipados a los hurones que sirven para descaste de conejos. «En Cataluña tenemos zonas de monte muy sucio, zonas en las que no pasa absolutamente nadie, y si te pillan con tu arma cargada a una distancia de 25 metros de un camino ya son 3.000 euros de sanción», siguen explicando las mismas fuentes.

Se da la circunstancia de que en Cataluña hay zonas absolutamente cerradas de vegetación en las que no se puede disparar en ningún otro sitio más abierto que un camino y en su mayoría solo son frecuentados por los propios cazadores.

«Así ‘agradece’ la Generalitat el trabajo de los cazadores

Los cazadores catalanes también denuncian la «doble cara» que da la Generalitat, ya que hace unas horas publicaba un tuit en el que agradecía a los cazadores su labor de control de especies cinegéticas durante el confinamiento que han estado llevando a cabo en las últimas semanas.  

Concretamente, era el Departamento de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación de la Comunidad Autónoma el que daba las gracias a la Federación Catalana de Caza por «la predisposición y compromiso en las actuaciones excepcionales de estos días para el control de las especies cinegéticas. Han prevenido daños a explotaciones agrícolas y ganaderas y han evitado la transmisión de posibles enfermedades», señalaban en la citada red social.

Sin embargo, a los cazadores catalanes se les siguen imponiendo sanciones cada vez más fuertes: «Por un lado se agradece la implicación del colectivo en los accidentes de tráfico y de propagación de enfermedades y por otro lado se les imponen nuevas sanciones que dificultan la actuación del colectivo», defienden.

Pinche en este enlace para descargar el documento íntegro de las nuevas sanciones.