En 1977 la NASA lanzó junto a las sondas espaciales Voyager, un disco de oro que puede descifrarse usando un gramófono. Fue enviado al espacio exterior por Estados Unidos con la esperanza de que sea hallado por alguna forma de vida inteligente en el cosmos y presentar así a nuestro planeta tierra.

Para representarnos, un comité presidido por Carl Sagan de la Universidad Cornell eligieron una serie de sonidos animales y naturales o de imágenes, entre las que se incluyen la caza y la pesca como parte indispensable Humanidad.

Lo que hay en ese disco en concreto es un saludo de la Secretaría de Naciones Unidas en 56 idiomas, sonidos terrestres que incluyen música sinfónica y 115 imágenes que representaban rasgos de la naturaleza humana, tales como una madre y un bebé, un supermercado o una fábrica. Algunos de ellos dan testimonio de la historia cazadora de la humanidad. Este es el caso de un bosquimano cazando, un hombre cocinando carne y pescado o un bote pesquero faenando con sus redes y una flecha.

40.000 años de viaje hasta la estrella más cercana

Se calcula que hasta dentro de 40.000 años la sonda no alcanzará la estrella más cercana al sistema solar, momento en el que sería algo más probable que fuese encontrada. Pero las sondas con el tiempo dejarán de emitir cualquier tipo de radiación electromagnética, por lo tanto se trata más bien de algo simbólico, que ejemplifica el desarrollo humano junto a la capacidad de almacenar y transmitir mensajes incluso fuera de nuestro planeta, aunque no encontremos receptores para dicho mensaje.

Para descifrar lo que hay en el disco también tendrían que haber desarrollado los extraterrestres (si existieran)  la capacidad de viajar en el cosmos y encontrarse el disco en ese mar caótico que es el universo.

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