La codorniz mantiene un buen nivel poblacional en España con 3,2 millones de ejemplares. Se trata de una evidencia científica que hace unos días salió a la luz gracias a los resultados del primer año del Proyecto Coturnix, una iniciativa puesta en marcha por Fundación Artemisan. Estos contrastaban con la teoría de la organización ecologista SEO/Birdlife, dirigida por Asunción Ruiz, la cual aseguraba que la codorniz presentaba «un declive del 74 %» y, por tanto, «un estado de conservación desfavorable». 

Tal y como descubre Jara y Sedal en su edición impresa de agosto, donde ha dedicado un especial a analizar cómo los grupos anticaza están tratando de prohibir o limitar la caza ‘atacando’ a diferentes especies, entre ellas la codorniz, las cifras que maneja SEO/BirdLife distan mucho de la realidad. De esta forma, podemos ver cómo esta organización subvencionada con dinero público afirma en su página web que actualmente «en España se contabilizan apenas 225.000 ejemplares, habiendo sufrido un declive poblacional en los últimos 20 años del 74%», según sus propios datos. En cambio, el Anuario de Estadística Forestal del Ministerio de Agricultura establece que el número Coturnix coturnix cazadas cada año alcanza el 1.200.000 de ejemplares. ¿Cómo puede haber casi seis veces menos ejemplares que los que se cazan? El rigor de los datos de SEO/BirdLife, una vez más, queda muy cuestionado.

Un nuevo varapalo a la tesis anticaza de SEO/BirdLife: la caza no es el problema

SEO/BirdLife ha logrado que este año la caza de la tórtola europea (Streptopelia turtur) se detenga en España por primera vez en la historia y pretende replicar en la codorniz la misma estrategia: publicar datos poblacionales desfavorables, lograr que se aumente el grado de protección de la especie a nivel europeo en base a ello y exigir la prohibición de su caza como única solución para ese problema. A pesar de que científicos de la talla de Gregorio Rocha, investigador y Doctor en Veterinaria por la Universidad de Extremadura, Ingeniero Forestal y del medio natural, han advertido de que se trata de un error que acabará afectando negativamente a la especie, el rumbo de SEO/BirdLife parece más preocupado por seguir su línea ideológica anticaza que por escuchar la voz de la ciencia.

El ejemplo más reciente lo encontramos en una entrevista realizada por la propia organización ecologista y publicada en su propia web. En ella, charlan con José Domingo Rodríguez Teijeiro, Catedrático de Zoología del Departamento de Biología Animal de la Universidad de Barcelona.

La pérdida de hábitat y la agricultura, su principal problema

Tal y como SEO/BirdLife explica en el artículo, Rodríguez Teijeiro: «ha sido pionero en el estudio de la codorniz común, a la que ha dedicado 40 años de investigación y seguimiento por Europa occidental y las islas atlánticas con el fin de estudiar el grado de plasticidad morfológica en sus poblaciones». A lo largo de la entrevista, la organización ecologista hace algunas preguntas alineadas con su argumentario en contra de la caza. Pero las respuestas del científico apuntan en otra dirección.

Al preguntarle cuál cree él que es la mayor amenaza para la conservación de la codorniz, el Catedrático responde: «Uno de los principales problemas de la especie están en la agricultura extensiva que homogeniza el paisaje (…) lo que genera una importante pérdida de hábitat para las especies pseudoestepáricas como la codorniz». Y añade: «la caza es algo que se puede gestionar, pero lo que no está tan bien gestionado son estos cambios agrícolas (…) La siega, la recogida de la paja y la roturación del terreno hacen que el hábitat desaparezca en cuestión de pocos días dejando los linderos como único hábitat disponible. A la mortalidad que provocan las propias tareas de recogida del cereal sobre la codorniz, se le une una mayor exposición a la depredación».

La caza parece no afectar al tamaño de la población de codorniz, que es estable

Poco después, el entrevistador pregunta que cómo puede afectar a la especie que cada año se cacen 1,2 millones de ejemplares. La respuesta es muy elocuente: «Que haya una mortandad de 1,2 millones de codornices solamente en España (imagínate lo que ocurre en Italia, Portugal Francia, Grecia, más las que se pierden por la actividad agrícola) no parece que afecte al tamaño de la población».

A continuación, el mayor experto de codorniz de España, como así lo considera en el texto la propia SEO/BirdLife, explica que «hubo una reducción de efectivos en los años 70 dentro de la población europea, que estuvo asociado a un cambio en la tendencia migratoria de la especie hacia una sedentarización; esto se asoció a la aparición, en Marruecos, de hábitat favorable debido a un incremento de zonas irrigadas para el cultivo de cereales y plantas herbáceas».

Y lanza un dato más que contradice la teoría de SEO/BirdLife, «No obstante, en la actualidad, hasta donde alcanzan nuestros datos, el tamaño de la población se mantiene constante. Posiblemente la especie consiga remontar el impacto de la caza porque tiene una tasa de reproducción muy alta: la codorniz se puede reproducir dos y tres veces en una misma temporada . Además, es un animal oportunista, nómada, no atado a un territorio, que es capaz de superar las adversidades del tempero y del hábitat, estableciéndose en aquellas zonas donde el medio es más adecuado».