La desaparición de hábitat bien conservado y el drástico descenso de las poblaciones de conejo, han colocado al lince ibérico al borde de la extinción. 
Nuestros orejudos son la pieza fundamental de caza y casi exclusiva de este carnívoro. Esta especialización tan extrema ha provocado que su reintroducción sea exitosa en cotos de caza con abundancia de conejos. Donde hoy día encontramos las mejores poblaciones de lince ibérico de la península.
Según la web Iberlince, las cinco amenazas principales a las que se enfrenta hoy día son las siguientes. Sí, has acertado. Nada que ver con la caza.

Incendios sistemáticos

El fuego es una perturbación natural en los ecosistemas mediterráneos, y así el monte mediterráneo, al haber co-evolucionado con el fuego, tiene una gran capacidad para la recuperación después de los incendios. No obstante, la sucesión repetida de incendios en cortos espacios de tiempo favorece la creación de áreas monoespecíficas de matorral de sustitución tales como las jaras. Estas formaciones albergan mucha menor diversidad de especies que el monte mediterráneo maduro.

Expansión urbanística

El crecimiento de la superficie urbanizada en la península ibérica aumenta a un ritmo sensiblemente mayor al del crecimiento poblacional. De este modo, el crecimiento de los pueblos, las urbanizaciones, complejos industriales, etc, reducen y fragmentan de manera continuada la superficie de monte mediterráneo que queda en Iberia.

Manejo forestal sustitutivo

Gran cantidad de la superficie ocupada por monte mediterráneo en la península ibérica a mediados del siglo XX ha sido transformada en masas cultivadas de árboles tales como pinos o eucaliptos. El manejo de plantaciones va asociado frecuentemente a la eliminación sistemática del estrato arbustivo, lo que castiga directamente a la fauna dependiente del matorral.

Sobrepastoreo y ramoneo excesivo

Si bien una carga moderada de herbívoros domésticos o silvestres aclara el matorral, aumenta los ecotonos y favorece la diversidad, una excesiva carga ganadera o de herbívoros silvestres llega a provocar la destrucción completa del estrato arbustivo, a la vez que impide la regeneración natural de las especies arbóreas. A largo plazo, el sobrepastoreo agota los suelos y disminuye notablemente la diversidad de especies.

Cambio de usos agrícolas

La intensificación de la agricultura generada en el siglo XX ha sustituido los mosaicos de pequeños cultivos mimetizados en el monte mediterráneo por grandes extensiones deforestadas de cultivo. Asimismo, el cultivo de secano se ha sustituido en grandes extensiones por regadío con grandes estructuras de manejo anejas. En ciertas zonas, como el área de Doñana, gran superficie de monte mediterráneo se ha sustituido y se sigue sustituyendo en la actualidad por cultivos bajo plástico.