Lo que al cazador abulense Miguel Ángel Martín le ocurrió durante una batida de jabalíes el pasado año roza, sin duda, el surrealismo. Después de dos horas en el puesto en su coto social del municipio de Sotillo de la Adrada, llegó la hora del bocadillo, y Miguel Ángel se sentó en un tronco a comérselo cuando se percató que un zorro se acercó a la zona.
Curiosamente, ese día el cazador decidió quitar su visor y dejarlo a un lado, ya que el tiradero era corto y creía que no era necesario. Pero en ese instante vio “peligrar” este utensilio de su rifle ya que el zorro hizo ademán de cogerlo, como se puede ver en la grabación que Martín ha facilitado a la redacción de Jara y Sedal.
¿Acudió al olor del bocadillo?
«Creo que el olor del bocadillo de chorizo atrajo la atención del animal», explica el cazador sobre la presencia del raposo. «Y, además, se unió el ingrediente que todos los cazadores conocemos: el descaro de muchos zorros ante la presencia humana», describe sobre cómo se acercó a él sin ningún miedo. «Al principio pensé en disparar, porque el control de depredadores es fundamental en cotos de esta zona, especialmente para salvaguardar algunas especies de menor amenazadas por éstos, pero finalmente opté por no hacerlo».
Tras el suceso, llegaba la segunda parte: narrar cómo había sido. «Cuando me junté de nuevo con mis compañeros, ninguno se creía lo que les contaba, pero por suerte pude grabar todos y cada uno de los pasos que dio el zorro y enseñárselos. Quedaron alucinados…», confiesa Miguel Ángel sobre el paradigmático hecho.
«Menos mal que no se llevó el visor, porque me valió 800 euros…», concluye entre risas este cazador.
Otro vídeo surrealista: un zorro se acerca a un cazador e intenta robarle una paloma
Este otro vídeo registra otra de las situaciones de caza más surrealistas de la historia. En él aparece un cazador de cazando palomas en una dehesa. En un momento dado, un zorro acude a los disparos y comienza a acercarse sin ningún temor. Se trata de una especie cinegética, pero los cazadores presentes, lejos de intentar abatirlo, comienzan a grabarlo y a interactuar con él. Esto es lo que finalmente ocurre.