De todas las especies cinegéticas, hay una realmente curiosa por su forma de actuar: el zorro. Cazador oportunista e inteligente, es capaz de desarrollar unas increíbles dotes de supervivencia gracias a las cuales su población se mantienen en niveles muy altos. De esta manera, hoy los encontramos en diferentes escenarios, desde el monte más recóndito hasta en los cubos de basura de algunas urbes.

Este vídeo que mostramos da muestra de su extraordinaria capacidad de adaptación cuando de llevarse algo a la boca se trata. En él aparece un cazador fotográfico tumbado en silencio mientras el raposo se acerca, posiblemente atraído por el olor a comida del humano. Está claro que no es la primera vez que el animal salvaje se acerca a los humanos.

En un momento dado, el zorro se acerca hasta él y comienza a mordisquear en la parte del trasero, donde posiblemente huela a algo comestible. Estas son las imágenes.

¿Por qué hay tantos zorros?

Hay zorros casi en cualquier parte: a nivel del mar y en las cumbres, en paisajes agrícolas, forestales y mezclas de ambos, en zonas donde no hay muchas personas y también donde el ser humano abunda. Si analizamos su distribución mundial, el Vulpes vulpes y sus subespecies están presentes en buena parte del hemisferio norte, aunque también se ha introducido en Australia en un inútil intento de controlar a los conejos.

Su amplia presencia se debe a numerosos factores pero, sin lugar a dudas, es la capacidad de comer casi cualquier cosa y su conocida astucia las que le han ayudado a evolucionar con tanto éxito. El dicho de «ser un zorro» no es baladí: pocos animales silvestres muestran la inteligencia de este cánido. 

El zorro que intentó robar el visor del arma de un cazador durante una batida de jabalí en Ávila

zorro visor

Después de que el cazador Miguel Ángel Martín estuviese dos horas en el puesto en su coto social del municipio de Sotillo de la Adrada, llegó la hora del bocadillo, y se sentó en un tronco a comérselo cuando se percató que un zorro se acercó a la zona. Curiosamente, ese día el cazador decidió quitar su visor y dejarlo a un lado, ya que el tiradero era corto y creía que no era necesario. Pero en ese instante vio “peligrar” este utensilio de su rifle ya que el zorro hizo ademán de cogerlo, como se puede ver en la grabación que Martín ha facilitado a la redacción de Jara y Sedal. Esta es.

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