Las huertas son un auténtico paraíso para los jabalíes. Son lugares que, además de aportar frescura en los cálidos meses de verano, tiene comida abundante para poder satisfacer sus necesidades alimenticias durante toda una jornada. Un alimento que, además, es muy fácil de obtener en la tierra suelta, mucho más fácil de hozar que la que se encuentra en el medio natural salvaje.
El problema es que esas huertas tienen dueños a los que pueden perjudicar gravemente, puesto que los jabalíes se comen los alimentos que deben llenar su despensa, ya sea a través de su consumo directo o su comercialización. Por este motivo en todas las comunidades de nuestro país se conceden permisos para abatir ejemplares de jabalí que están destrozando los cultivos hortofrutícolas de numerosos agricultores.
Acostumbrado a la presencia humana
En esta grabación se puede ver cómo el jabalí hoza tranquilamente en un huerto y no tiene miedo ni siquiera a la presencia humana. «Me c… en la madre que lo parió. Como venga pa’ca… las patatas y todo las va a sacar», se lamentan los dueños de la pequeña huerta.
«Este está enseñado por la gente de las personas que vienen por aquí de paseo», sigue señalando el hombre que graba al enorme verraco, que podría haber atacado al verse amenazado en el lugar si alguien se acerca.