Durante la tarde de ayer una osa atacó a un ganadero en Los Tojos (Cantabria). El hombre de 39 años, llamado Laureano Puente Sánchez, posee una ganadería de vacas y yeguas con unos 150 animales y se vio sorprendido por el depredador cuando trataba de dar con una de sus reses, que estaba extraviada.
Según ha relatado a Jara y Sedal el propio ganadero, estaba buscando a una yegua que le faltaba cuando entró a una canal para ver si estaba allí muerta. En ese momento vio a un oso. Al principio se quedó mirándolo y pensó que era un macho que se iría… pero no. Era una osa, con un osezno a su lado, y comenzó a correr hacia él. El ganadero recuerda que corrió a uno de los pocos espinos que había allí para ponerse a salvo: «Me subí al árbol como un gato. No me dio tiempo a hacer otra cosa. Cuando ella llegó al árbol, yo ya estaba a dos metros del suelo». El animal «arrancó contra mí como una fiera. Llegó al árbol, pegó una embestida y rápidamente se fue para atrás. Cuando volvió otra vez yo ya estaba muy arriba y no le dio tiempo a cogerme. Pero si en la primera arrancada hubiese intentado hacerlo, lo hubiera conseguido», recuerda el ganadero.
Como el osezno era muy pequeño, no subió con la madre al árbol, y eso fue lo que hizo que la madre se fuese hacia la zona de abajo para buscarlo, ya que estaba llorando. En cuanto vio que se marchaba, Laureano se tiró del árbol y huyó a toda prisa del lugar. El ganadero denuncia que «hay un montón de guardas en la zona, y no es normal que no sepan que hay una osa parida ahí para que alerten a la gente. Es algo muy peligroso. Hay una ruta guiada, en la que pasan críos con excursiones muchos días a la semana a unos 150 metros de donde está la osa. Eso es un problema muy gordo».
Además, asegura que el susto pudo haberse convertido en una gran desgracia: «Yo tengo tres niños, y ayer se quedó el mediano en casa porque no se quiso venir conmigo. Si me lo llevo, lo mata».
Indignación en la zona
Las reacciones no se han hecho esperar tras el ataque. Una de las primeras en hablar con Laureano fue Belén Ceballos, alcaldesa del municipio, quien explica a Jara y Sedal: «Me llamó llorando, le pregunté que qué pasaba y me dijo que le acababa de atacar una osa», asegura. La regidora no puede ocultar su indignación con este hecho: «Llevo mucho tiempo diciendo que el mundo rural está muriendo, abandonado por las personas que tienen la responsabilidad de protegerlo mediante políticas responsables. La protección total del lobo sin permitir su control poblacional, paseando a sus anchas por las cercanías de los pueblos. Ahora una osa parida le da a un ganadero el susto de su vida ¡Por dios! ¡Va a terminar ocurriendo alguna desgracia!».
Ceballos asegura que hay mucho daño por lobo en esta zona también. «En el mes de abril, según los últimos datos que tenemos, ya vamos por 300 animales muertos por cánidos en la Mancomunidad». «Después de toda la primavera que llevamos, que un ganadero sea atacado por una osa parida… Hoy podíamos estar de entierro. Son palabras muy fuertes. Hay que tomar conciencia de lo que está pasando en los pueblos. No es broma», concluye.
Otros ataques de oso en España
El de Laureano no ha sido el único ataque de oso en España. El año pasado una mujer de 75 sufrió heridas de bastante consideración tras recibir los zarpazos de uno de estos depredadores. Pero ha habido más. Desde 1999 hasta junio de 2022, se han registrado nueve ataques a personas en la Cordillera Cantábrica y dos en los Pirineos. En total suman once. Afortunadamente todas las personas sobrevivieron al encontronazo. En este artículo recordamos cada caso.