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Fue durante el pasado año 2002 cuando vivimos la inauguración del Museo del Mundo Marino de Huelva. Con origen en los fondos de la Unión Europea, la inversión inicial para llevar a cabo este proyecto fue de seis millones de euros. Finalmente, esta cantidad fue aumentando hasta llegar a los 18 millones de euros más.
Por lo tanto y teniendo en cuenta estas dos cifras, la construcción de este Museo del Mundo Marino supuso una inversión total de 24 millones de euros. Mientras iba recibiendo subvenciones, dicho proyecto seguía en marcha y abierto al público que quisiera visitarlo. Sin embargo, en 2012, 10 años después de que fuera inaugurado, decidieron cerrarlo de manera definitiva.
Ahora, Antonio Glezmayo, arquitecto, ha utilizado su perfil de TikTok para mostrar el estado en el que se encuentra a día de hoy. Tal y como se aprecia en el vídeo, se pueden ver «cientos de paneles solares arruinados y abandonados que quedaron por allí».
Asimismo, todas las instalaciones que formaban parte del Museo del Mundo Marino están en las mismas circunstancias, abandonadas y en ruinas. «Este es nuestro dinero, el de nuestros impuestos», denuncia.
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Actividades organizadas por el Museo del Mundo Marino
No solo ha sido el dinero de las subvenciones destinadas a su construcción lo único que ha movido este proyecto, en lo que respecta a la esfera económica. Durante los 10 años que se ha mantenido en funcionamiento, allí se han estado realizando actividades de turismo ecologista, escolares, jornadas científicas o visitas de organizaciones como Ecologistas en Acción, entre algunas otras.
Una verdadera lástima que un proyecto financiado con dinero público, tan solo una década después de ser inaugurado, termine abandonado.
Así era el Museo del Mundo Marino de Huelva
Ubicado en el Parque Dunar de Matalascañas, por sus salas pasaron un total de 150.000 personas desde el momento de su apertura. Se inauguró el 24 de julio de 2002 por Manuel Chaves González (PSOE), quien era entonces el presidente de la Junta de Andalucía.
Dicho proyecto aglutinó cinco salas temáticas, numerosos esqueletos reales de cetáceos, reproducciones a escala y una gran colección de conchas y moluscos, entre otras piezas.
En lo que respecta a sus instalaciones, aquí se encontraba la primera ecosfera expuesta en España, proveniente de la NASA. Esta recreaba todo el ciclo vital en una esfera herméticamente cerrada, con la ayuda de la iluminación artificial.
Pese a ello, el paso de los años, junto con una fuerte crisis económica limitaron sus recursos e ingresos. Sus buenos comienzos concluyeron con un más que notable descenso del número de visitantes y, como consecuencia, su posterior abandono.
