Durante las juntas de carnes tras una montería, es habitual ver a los cazadores debatiendo si un jabalí merece medalla. Aunque la homologación oficial requiere extraer y medir los colmillos con precisión, existe un método que permite anticipar el resultado con bastante fiabilidad en pleno campo. Gracias a un estudio realizado con más de un centenar de mediciones, se ha desarrollado una guía práctica que, con solo dos datos, permite predecir si un jabalí obtendrá medalla.

Esta guía parte de la medición en campo del grosor de los colmillos y de su longitud exterior, sin necesidad de extraerlos. Estos dos parámetros, al ser fácilmente medibles en el momento, permiten hacerse una idea bastante aproximada del potencial del trofeo. El modelo tiene una fiabilidad cercana al 80% si el colmillo no presenta defectos como asimetrías o roturas.

Una guía visual para acertar

Guía esquemática para saber si será medalla midiendo el grosor de los colmillos y la longitud que sobresale de la boca. © JyS

El esquema desarrollado por los investigadores Pilar Gonçalves, Pedro Fernández Llario y David Risco, es tan sencillo como eficaz. El primer paso consiste en medir el grosor del colmillo en el campo. Si este es inferior a 1,84 cm, probablemente no habrá medalla. Si está entre 1,84 y 2,25 cm, habrá que medir además la longitud exterior del colmillo: si supera los 6,42 cm, se tratará de un trofeo medallable.

Por otro lado, si el grosor es superior a 2,26 cm, no hay dudas: el jabalí será medalla. Se trata de una regla simple, pero extremadamente útil para saber de antemano si estamos ante un trofeo destacable.

¿Qué tipo de medalla será?

Determinar si se trata de bronce, plata u oro es más complejo. El modelo estadístico utilizado por los autores no permite predecirlo con precisión. Aun así, los datos recopilados ofrecen ciertas orientaciones: un colmillo con un grosor superior a 2,15 cm podría aspirar a bronce, uno de 2,30 cm a plata, y otro que supere los 2,50 cm podría alcanzar el oro. Sin embargo, estas referencias deben tomarse con cautela, ya que entran en juego otros factores como la curvatura o el grado de simetría de las piezas.

Evolución del grosor de los colmillos con relación a los posibles tipos de medalla, analizados en 105 jabalíes. © JyS

Un gráfico elaborado con las medidas reales confirma esta progresión: el grosor medio de los colmillos aumenta de forma clara desde los jabalíes sin medalla hasta los que alcanzan el oro. Aunque no es una regla exacta, sí es una herramienta muy útil para estimar el valor del trofeo en campo.

El estudio analizó 31 jabalíes que no dieron medalla, 40 que dieron bronce, 26 que dieron plata y 8 que dieron oro. La dispersión del ancho del colmillo en relación con la medalla que a priori podríamos aventurar con la anterior regla del grosor obtuvo una fiabilidad del 80%.

Una herramienta para disfrutar más de la caza del jabalí

Este tipo de herramientas permiten a los cazadores disfrutar aún más del momento de la junta de carnes o de cuando decides acabar con el aguardo e ir a ver ese gran jabalí que has conseguido cazar. Saber que ese macho será medalla, incluso antes de tocar su cráneo, añade emoción y valor al lance. Además, ayuda a poner en valor los grandes trofeos y a compartir la emoción con el resto de la cuadrilla.

Esta guía, como otras muchas que se han desarrollado en los últimos años, forma parte de un esfuerzo por aportar datos y rigor a una actividad que combina tradición, emoción y ciencia. Si bien el trofeo —como bien saben los cazadores— no es lo más importante, sí sirve como orientación para saber la edad del animal que hemos abatido y potenciar la correcta gestión de las poblaciones de nuestros cotos.

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